Quiero aprovechar la oportunidad para saludar, en nombre de la OEA, al Vicepresidente del la República del Ecuador, Lenin Voltaire Moreno Garcés y celebrar con todos nuestros Estados Miembros, aquí presentes, su primera visita oficial a nuestra Organización.
El Vicepresidente Moreno ha tenido una destacada carrera profesional y política en su país, que lo ha llevado, precisamente, a asumir la Vice Presidencia del Ecuador, en la cual se ha convertido en un motor muy fundamental de todos los programas que ese gobierno lleva a cabo para promover la inclusión económica y la participación plena de todos los ecuatorianos en la vida de su Nación.
Entre esas políticas y programas y acciones, hay una importancia muy grande la que hoy nos convoca aquí: la participación de las personas con discapacidad en todos los aspectos de la vida y sociedad.
El señor Vicepresidente ha dicho y lo cito: “la discapacidad no es incapacidad”; y por eso queremos escuchar con mucha atención la presentación del programa de atención integral Misión Solidaria “Manuela Espejo” que desarrolla la Vicepresidencia de la República desde el 2010, a favor de las personas con discapacidad en Ecuador, un programa que ya es replicado en siete países de América Latina.
Nosotros también tenemos una responsabilidad importante, como Usted sabe, señor Vice Presidente, en esta materia. Nuestros Estados miembros adoptaron la Convención Interamericana para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad (CIADDIS), la cual entró en vigor el 14 de septiembre de 2001 y cuya Secretaria funciona -y tuvimos el gusto de estar ambos presentes juntos en su inauguración- desde el año 2006.
Esta Convención tiene como objetivo: “la prevención y eliminación de todas las formas de discriminación contra las personas con discapacidad y propiciar su plena integración en la sociedad”. Marca, en la misma línea que usted ha planteado, un cambio en el concepto de discapacidad, pasando de una preocupación en materia de bienestar social, a constituir una cuestión de derechos humanos, reconociendo que las barreras y los prejuicios de la sociedad constituyen en sí mismos una discapacidad. Busca otorgar mayores oportunidades a la gente, expandir la noción de ciudadanía y crear un ámbito eficaz para el desenvolvimiento pleno de las personas.
Esta Convención está en acción en nuestra Organización y aprovecho una vez mas de agradecer al Gobierno de Panamá por haberla acogido y haber sido el motor fundamental de su acción. Y creo importante señalar esto porque esta Convención ha sido posible gracias a la colaboración de ese gobierno, sin dejar de desconocer el trabajo importante de otros países, de El Salvador que la preside actualmente, y otros que han contribuido con su esfuerzo, como Canadá y otros países Miembros.
Me uno a la expresión humana, señor Vicepresidente, que Usted siempre ha cultivado con tanta gracia, de que “el primer gesto de solidaridad de un ser humano es su sonrisa”. Creo que Usted ha sido siempre, no solamente un constructor de institucionalidad y constructor de política, sino un motivador a través de sus teorías sobre los modos de excelencia conductual. Le agradecemos mucho su presencia con nosotros.
Entiendo que Usted haya hecho una presentación -o la va a hacer en estos días- ante Naciones Unidas, y quiero felicitarle, junto con muchos otros latinoamericanos, por la promoción de la candidatura que algunos ciudadanos ecuatorianos han promovido de manera espontánea y con entusiasmo, de Usted para el Premio Nobel de la Paz por la enorme actividad que ha realizado a favor de su pueblo.
Quiero extenderle nuestra bienvenida y agradecerle su presencia nuevamente.
Muchas gracias.