Discursos

JOSÉ MIGUEL INSULZA, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
“13 BAK’TUN MAYA: EL FIN DE UNA ERA Y EL AMANECER DE OTRA”

2 de octubre de 2012 - Washington, DC


Uno de los tesoros más preciosos que la humanidad puede tener, es su propia historia. No podemos sino imaginarnos lo que fue cuando exploradores llegaron a las Américas y se toparon con ciudades desiertas, destruidas o sepultadas por la selva. Sus libros habían sido destruidos, desgraciadamente muchos de ellos por la mano del hombre, su idioma se había desvanecido y solamente algunas inscripciones sobre piedra sobrevivieron el pasar del tiempo. ¿Cómo comprender quienes eran entonces los creadores de esa inmensa cultura?

Ha sido un esfuerzo muy grande e importante redescubrir la civilización Maya. Un esfuerzo de muchos siglos que ha fructificado recién en los últimos cincuenta o sesenta años con los primeros descifrados de la escritura Maya y, por lo tanto, las primeras interpretaciones efectivas reales de su historia.

Por cierto, me lo hacían ver nuestros panelistas de hoy, también sobrevivió lo que indicaban los muchos habitantes de esa región que aún la pueblan y que tienen, desde luego, una tradición oral que ha sido importante en el conocimiento de esa cultura.

La guerra fría también se metió un poco de por medio porque el primero que empezó a descifrar las inscripciones Mayas fue un arqueólogo ruso, Yuri Knorozov, a comienzos de los años cincuenta. Desde ese entonces, hasta el reciente descubrimiento de un nuevo calendario en Xultun, la cultura Maya va revelando paulatinamente sus secretos y nos deslumbra con la riqueza de su civilización y su ciencia.

El estudio de la cultura Maya ha sido victima también de los eventos políticos que ha sacudido la región y los acuerdos de paz y la profundización democrática de Centroamérica nos permitió contar con una mayor estabilidad lo que ha facilitado un auge del estudio de la civilización Maya al reanudar con las excavaciones arqueológicas las últimas dos décadas.

El proceso de descifrar las inscripciones, es en realidad, el primer pequeño paso para entender lo que esta gran civilización ha contribuido al patrimonio de la humanidad.

Tikal, Palenque, o Copán, y lo que ellas representan, han entrado ya en nuestro imaginario colectivo. Los nuevos descubrimientos, el mirador sobre todo, están destinados a darnos un mayor conocimiento de una cultura que es mucho mas basta incluso de lo que las primeras ciudades habían imaginado.

Las investigaciones y descubrimientos recientes hablan de la gran riqueza científica que todavía resta por descubrir y a cada hallazgo es como si los mayas nos hablaran desde el pasado, nos llegan mensajes después de un largo viaje por el tiempo, palabras que hoy día pronunciamos por primera vez, quizás, en más de un milenio.

Es esa noción misma del tiempo que los mayas manifestaban con tanta destreza, la exactitud de sus calendarios, sus previsiones astronómicas, su remarcable entendimiento del cosmos, su profundo vinculo con los ciclos naturales y la renovación en su imaginería de muerte-renacimiento, fueron influencias importantes en su cultura.

Precisamente nos encontramos, según el calendario Maya, en un periodo de transición o mejor dicho, de renovación. Estamos terminando el décimo tercero Bak’tun, el fin de un ciclo y el inicio de una nueva era. Este punto de vista conceptual, en el que la “naturaleza cíclica” del tiempo se pone de relieve fue preeminente y muchos de los rituales se refiere a la terminación y recurrencia de varios ciclos.

La reunión que hoy hacemos tiene por objeto explicar cual es el significado de lo que se avecina el día 21 de diciembre. En el inicio de este nuevo ciclo, sin embargo, estaremos también en Guatemala para dar inicio a la cuadragésima tercera sesión de la Asamblea General de la OEA. Espero sinceramente que este nuevo ciclo nos ayude a todos en la preparación de esa Asamblea por intermedio de las visitas que haremos afín de conocer más y a entusiasmarnos cada vez más con la riqueza cultural que el mundo Maya nos proporciona.

Para ello, nos acompañan hoy la señora Maruja Acevedo, subdirectora del Instituto Guatemalteco de Turismo; el señor Francisco Estrada-Belli, Profesor del Departamento de Arqueología de la Universidad de Boston; y el señor Tomás Barrientos, Director del Departamento de Arqueología y del Centro de Investigaciones Arqueológicas y Antropológicas de la Universidad del Valle en Guatemala.

Estos destacados expertos compartirán con nosotros el legado que representa la civilización Maya y nos ilustrarán con sus ponencias sobre los inicios de la civilización Maya así como su cosmovisión en la interpretación del fin de una era.

Las inscripciones Mayas que han sobrevivido el pasar del tiempo, son una de nuestras únicas ventanas al pasado pre-colombino que existen en las Américas. Desde luego, no responde aún a todas las preguntas que quisiéramos tener respuestas, pero nos ofrece una idea de lo que era importante para los Mayas. Al realizar nuevos descubrimientos, las palabras de los escribas llegan al término de su viaje por el tiempo revelando una historia, una cultura, una civilización de un mundo desaparecido y que hoy día, bajo nuestra propia mirada, lo estamos viendo renacer.

Yo los insto a que aprovechemos el final de esta era y el amanecer de la siguiente que nos predice el 13 Bak’tun Maya para lograr también una renovación inspiradora que traiga para nuestros pueblos mayor armonía y paz.

Muchas gracias.