INTRODUCCION
La percepción que existe de la Organización de los Estados Americanos y los requerimientos que de ella se demandan es diferente en cada país. Sin embargo, hay en todos los Estados Miembros una demanda común de mejorar la eficiencia en el desempeño de nuestro trabajo como el principal foro para la discusión de los temas del hemisferio que constituyen la esencia de la Organización: la defensa y promoción de la democracia, la promoción y protección de los derechos humanos, la cooperación solidaria entre sus miembros y la seguridad regional.
A estas tareas centrales se ha ido agregando con los años una serie de otros encargos que han hecho que la OEA disperse sus esfuerzos y que se ocupe de una enorme variedad de temas sin que haya una percepción compartida de cuáles son las prioridades que, como conjunto, tienen los países miembros.
El crecimiento inorgánico de mandatos y el estancamiento de los recursos presupuestales han ido erosionando nuestra capacidad para responder de manera eficiente a los requerimientos que provienen de nuestras misiones esenciales, ocasionando una sensación de insatisfacción, que fue evidente en la reciente discusión presupuestaria, unida a nuevos llamados a disminuir mandatos.
Frente a esta situación, el Secretario General ofreció a los países miembros presentar un documento conteniendo propuestas sobre la mejor forma de superar esta situación insatisfactoria. Con el presente documento se cumple con ese ofrecimiento.
CONSIDERACIONES GENERALES
Mis propuestas parten del convencimiento de que enfocar esta situación con una perspectiva de corto plazo o intentar nuevamente reducir los centenares de mandatos que tenemos, seria un enfoque equivocado y probablemente sólo agravaría el problema. Estoy convencido de que se requiere retomar una visión estratégica que ponga en el centro las misiones fundamentales de la OEA y oriente en torno a ellas el uso de sus recursos y las medidas coyunturales e iniciales que deben adoptarse de inmediato. Resalto además que se requiere, para asegurar el éxito, un trabajo conjunto de los países miembros y de la Secretaria General, aspecto al cual me referiré más adelante.
Si volvemos a priorizar estrictamente las misiones centrales de la OEA, podemos deducir de ello medidas concretas para cumplirlas de manera eficiente y alcanzar los objetivos que los países miembros han identificado como prioritarios. Tenemos hoy claras restricciones presupuestarias, muchas veces diagnosticadas en los últimos meses. El supuesto es que si nos concentramos en lo fundamental podemos no solamente superar la coyuntura, sino también resolver muchas dudas acerca de la función que la OEA está destinada a jugar en el contexto hemisférico.
Las misiones de la OEA están definidas y desarrolladas en sus documentos fundacionales como guía para identificar y privilegiar la acción de su Consejo, su Secretaría General y sus demás órganos principales. Como es natural, estas misiones han tenido a lo largo de nuestra historia contenidos específicos diversos, determinados por la realidad cambiante de nuestros países y regiones;, por las visiones de nuestros gobernantes acerca de cuáles son los principales desafíos de cada época; por los recursos disponibles para enfrentarlos o por las ventajas que se perciban en uno u otro contenido. Pero es posible afirmar que hoy existe consenso, en nuestra actividad y nuestros documentos, en cuanto a la definición y principales contenidos:
a) La conservación, fortalecimiento defensa y expansión de la democracia, principalmente sobre la base de los mandatos contenidos en la propia Carta de la OEA, en la Carta Democrática Interamericana, en la Convención Interamericana contra la Corrupción y en las múltiples resoluciones adoptadas sobre el tema, especialmente a partir de la década de los 80.
Este objetivo incluye hoy como actividad de la Secretaria, el seguimiento de los mandatos de nuestra Carta Democrática; la realización de misiones de observación electoral; el apoyo a los estados miembros que quieran mejorar sus sistema electorales; el Mecanismo de Seguimiento de la Convención Interamericana contra la Corrupción; la prevención y atención de crisis; el desarrollo de programas de fortalecimiento de la institucionalidad democrática en los países miembros, que incluyen los programas sobre financiamiento electoral, apoyo a la gestión pública eficiente, facilitadores judiciales, gobierno electrónico e identidad civil; y la prioridad de los temas de genero, para asegurar la participación igualitaria de ciudadanos y ciudadanas en la gestión democrática.
b) La defensa y promoción de los derechos humanos, principalmente sobre la base de los mandatos de la Convención Americana de Derechos Humanos, del Protocolo de San Salvador, la Convención de Belem do Pará sobre Violencia contra la Mujer, la Convención sobre la Discapacidad y las otras convenciones sobre el tema.
Ello incluye hoy como actividad de la Secretaria, el fortalecimiento del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, las tareas de la Comisión y la Corte Interamericanas, como también las actividades de seguimiento de la Convención de Belen do Para (MESECVI) y las actividades de la Secretaria en relación a todas las formas de discriminación hacia grupos vulnerables: poblaciones indígenas y afroamericanas, migrantes y discapacitados.
c) La preservación de la paz y la seguridad en todo el hemisferio, principalmente sobre la base de los mandatos del Pacto de Bogotá sobre Solución Pacífica de Controversias y los acuerdos de la Conferencia de Seguridad Multidimensional de México de 2003.
Ello incluye hoy como actividad de la Secretaria, el enfrentamiento prioritario de las amenazas del crimen organizado en todas sus formas. Incluye también el trabajo de nuestras Misiones Especiales en Colombia, Haití y la Zona de Adyacencia entre Belice y Guatemala, así nuestras acciones de promoción de la paz. También incluye nuestra relación con la Junta Interamericana de Defensa a la que me referiré mas adelante.
d) El desarrollo integral de todos nuestros países miembros principalmente sobre la base de la propia Carta de la OEA, el Protocolo de Managua de 1987, y el proyecto, aún no aprobado, de la Carta Social.
Ello incluye hoy la realización de las Reuniones Ministeriales y mandatos que han emanado de nuestras Cumbre de las Américas, en materia de educación, medio ambiente, protección social, libre comercio y competitividad; junto a la gestión de nuestro sistema de becas y nuestro portal educativo.
Esas son, sin lugar a dudas, las tareas centrales de la Organización de los Estados Americanos, definidas por sus países miembros y reiteradas repetidamente por sus más altos funcionarios en las reuniones de la OEA en que han participado. Estas son, por consiguiente, las tareas a las cuales la Secretaria da atención cotidiana.
Sin embargo, estas tareas se cumplen paralelamente con otras surgidas de mandatos generados en Conferencias especiales o que han sido asignadas a la OEA por otros foros en los cuales participan los países miembros aunque, estrictamente, no son parte de la estructura de la Organización y, en todo caso, no responden al Consejo Permanente ni a la Asamblea General. El efecto principal que ello ocasiona es la dispersión de esfuerzos humanos y materiales, restando eficacia a la ejecución de las tareas referidas a las misiones esenciales y además evidencia una falta de coherencia entre los mandatos cuyas prioridades no han sido definidas.
ORIENTACION GENERAL DE LAS PROPUESTAS
Frente al panorama descrito, deseo formular algunas propuestas que tienen un doble propósito. En primer lugar, que las mismas se orientan a dar prioridad a las cuatro tareas fundamentales de la OEA y, en segundo lugar, que su éxito dependerá de que se produzca un trabajo conjunto entre los países miembros y la Secretaría General en función de los objetivos definidos por los primeros.
Estas propuestas buscan fortalecer las capacidades de OEA en las áreas donde los países reconocen su aporte y en las cuales la Organización genera el mayor valor agregado.
Para ello se utilizan dos criterios fundamentales:
1. Destinar los recursos del Fondo Regular exclusivamente al cumplimiento de nuestras tareas fundamentales y, para la realización de las otras actividades que los países miembros quieran encargar a la Organización, crear en cada caso Fondos específicos para financiarlas.
2. Examinar el contenido de cada tarea para verificar si la OEA es el organismo del Sistema Interamericano que mejor puede cumplirla y, si no lo fuera, determinar si existen posibilidades de asociarse con otros organismos del Sistema para llevarlas a cabo, asignando nuestros recursos de manera más eficiente y racional.
PROPUESTAS ESPECÍFICAS
MANEJO DE LOS FONDOS REGULAR Y ESPECIFICOS
A) Se propone coordinar con los organismos autónomos dependientes de otros cuerpos políticos para solicitar a sus cuerpos directivos que se hagan cargo de la ejecución de las responsabilidades que les corresponden.
Ello se aplica a los casos de la Comisión Interamericana de Telecomunicaciones, caso en el cual se podría solicitar a los miembros de la CITEL que asuman los costos de funcionamiento de dicha Comisión, como ya lo hacen en gran medida; y de la Comisión Interamericana de Puertos, con la cual se propone una medida similar.
La Junta Interamericana de Defensa es un caso algo distinto, ya que hoy forma parte de la OEA, sin que hayamos logrado claridad entre los miembros acerca de sus funciones, su financiamiento y su dependencia. Sin perjuicio del debate que este año debemos realizar sobre estos temas, estimo que podríamos solicitar a los Ministerios de Defensa del hemisferio, que son quienes en efecto designan y orientan las actividades de la Junta Interamericana y el Colegio Interamericano de Defensa, la creación de un Fondo especial para su financiamiento, permitiéndonos así descargar este costo de nuestro Fondo Regular.
Un cuarto caso es el del Instituto Interamericano del Niño, también dirigido por un organismo distinto e independiente de la OEA, donde habría que consolidar las reducciones que ya se han hecho y mantenerlas para el futuro.
Habría también que eliminar las subvenciones en efectivo a la Fundación Panamericana para el Desarrollo (FUPAD) y al Trust de las Américas.
En el caso del Museo de las Américas, se propone que se le otorgue un plazo de seis meses, previa presentación de un Plan de Trabajo, para lograr el autofinanciamiento del Museo, procediéndose a partir de ese plazo a cortar el subsidio que se le otorga a través del Fondo Regular.
Esas medidas permitirían tener criterios para determinar la conveniencia de financiar actividades ya sea con fondos regulares o específicos. Ello permitirá organizar más eficientemente los programas y proyectos y la búsqueda de fondos, haciendo posible aprovechar de mejor manera nuestra relación con los donantes externos.
B) Además de lo expuesto en cuanto a los casos específicos arriba mencionados, se planea avanzar en la centralización del manejo de los fondos específicos mediante mecanismos de Fondos País o Programáticos (por ejemplo, el Fondo Canadá, Fondo España, Fondo para Derechos Humanos, Fondo para Misiones Electorales). Ello permitirá asegurar que las actividades financiadas con fondos específicos se alineen con las prioridades de la Organización y que sus actividades se puedan evaluar de acuerdo a resultados.
C) De manera complementaria, se acelerará el proceso de informatización de los procesos administrativos, hacia la gestión por resultados, se mejorarán los controles internos para garantizar la seguridad de los procedimientos y se eliminarán los puestos de trabajo que resulten redundantes.
DESCENTRALIZACION DE PROGRAMAS
De otra parte se iniciará un proceso de análisis de los programas que lleva a cabo la Organización para determinar la conveniencia y necesidad de que los mismos sigan teniendo su base de operaciones en la sede de la OEA o que puedan ser localizados en algunos de los países miembros, donde se podrían integrar con las oficinas de la OEA en esos países.
El proceso de descentralización incluirá, entre otros aspectos:
a) La identificación de programas susceptibles de ser desconcentrados, en base a criterios políticos (mandatos, prioridad regional o nacional, proyección estratégica), técnicos (grado de homogeneidad en los procedimientos, solidez en la gerencia) y económicos (escala, eficiencia y posibilidad de contribuciones en especie).
b) La identificación de sedes que además de contar con el apoyo político y logístico del país anfitrión sirvan para el despliegue eficaz del programa a nivel regional.
c) La elaboración e implementación de mecanismos de coordinación y de rendición de cuentas con la sede central en todos los aspectos políticos, técnicos y administrativos.
d) Una mejor asignación de recursos humanos y materiales, con particular atención al balance entre funcionarios locales e internacionales, incorporando para estos últimos mecanismos de rotación.
RACIONALIZACION DE REUNIONES ESPECIALIZADAS
Se propone asimismo el desarrollo de un programa de racionalización de las reuniones especializadas en base a las siguientes pautas:
- Limitar el nivel de contribución con recursos humanos y materiales de la Secretaria General y potenciar la capacidad de los Ministerios/Secretarias de los estados miembros para sostener la continuidad de las reuniones. Se propone además que ninguna actividad debe superar los dos días y que, en lo posible, su realización se produzca cada tres años. La MISPA y la REMJA deberían fusionarse y realizarse cada dos años. En cuanto a las actividades preparatorias, deberá realizarse como máximo una reunión dentro del trimestre que preceda a la reunión Ministerial. Las restantes jornadas preparatorias solo podrán realizarse por videoconferencia. El número de especialistas técnico-profesionales que apoye la reunión deberá ser reducido y cualquier necesidad de apoyo logístico extra deberá ser contratada localmente por el país anfitrión.
- Las reuniones de los cuerpos políticos de la Organización (Asamblea General, Reuniones de Consulta, Consejo Permanente y sus Comisiones, CIDI, CEPCIDI y CIDH) se financiarán con el Fondo Regular. Las reuniones especializadas que no formen parte de ello, a celebrarse en la sede central, deberán ser financiadas con fondos específicos.
POLITICA DE RECURSOS HUMANOS
El objetivo central de la política de Recursos Humanos será la institucionalización de un servicio de carrera en la Organización sobre la base del mérito, con reglas de juego claras y definidas y con mecanismos de promoción que promuevan la excelencia del trabajo de los funcionarios.
Para ello, se está procediendo a la reducción de los puestos de confianza a un máximo del 8% del total de la planta de personal de la Organización. Este proceso culminará a más tardar al 31 de enero de 2012.
El Secretario General, en el marco fijado de un máximo de 8% de la planta de Fondo Regular en cargos de confianza, asignará esos cargos prioritariamente a los Secretarios, los Jefes de Gabinete del Secretario General y del Secretario General Adjunto, el Asesor Legal del Secretario General y un reducido número de asesores del Secretario General y del Secretario General Adjunto.
En segundo lugar se revisarán los sistemas de contratación y promoción del personal de la Secretaria, respetando los derechos adquiridos, para corregir las distorsiones provocadas en las oportunidades de carrera de los funcionarios derivadas de reglas de contratación diferentes para distintos tipos de financiamiento. Asimismo se culminará la implantación del mecanismo de “Evaluación por Desempeño”.
CUOTAS
Se propone, en primer lugar, dictar una norma que establezca que ningún país debe pagar más del 49% de las contribuciones al Fondo Regular. Ello implica que la actual participación en dinero del mayor contribuyente se considere el 49% el total del presupuesto y que el 51% restante se financie con incremento de cuotas de los otros países miembros. Se propone que este proceso se lleva a cabo en un plazo de cinco años.
En segundo lugar, se propone que los países miembros acuerden un incremento automático de las cuotas para atender los requerimientos derivados del ajuste anual por costo de vida, que se fija, conforme a lo acordado, por las Naciones Unidas.
En tercer lugar, se propone que los países miembros acuerden fijar una cuota mínima de pertenencia a la Organización y que, asimismo, se elimine el beneficio de reducción de la cuota por pago adelantado, teniendo en cuenta que, según las normas de las Organización, las cuotas son obligatorias desde el primer día útil el ano para el cual fueron fijadas.
En este contexto es importante resaltar que el pago oportuno de las cuotas es indispensable para el correcto funcionamiento de la Organización. Por ello se continuaran haciendo esfuerzos para que todos los países miembros estén al día en el pago de sus adeudos.
DIALOGO POLITICO DE LOS PAISES MIEMBROS
Como sostuve en la parte inicial del presente documento, estoy convencido que el proceso que queremos iniciar solo será posible si conseguimos generar una acción conjunta de los países miembros y de la Secretaria General en función de los objetivos que nuestros miembros determinen como prioritarios. Estoy seguro que se habrá observado que gran parte de las medidas que se proponen deberá ser ejecutada por la Secretaria pero corresponde a los países miembros, en ejercicio de sus derechos como miembros de la OEA, determinar su destino y definir cuáles son las mejores formas de logar los fines para los cuales la crearon. Es por ello que considero indispensable resaltar que, en mi opinión, es impostergable que los países miembros inicien un dialogo político que los lleve a una priorización de los mandatos. Simplemente no es posible atenderlos todos al mismo tiempo y continuar en la actual inercia no hace sino agravar el problema. Se necesita una clara decisión de los países sobre la forma en que los mandatos existentes se atenderán paulatinamente o inclusive si algunos no se ejecutarán. Naturalmente la Secretaria podrá apoyar ese dialogo y brindar todas las informaciones que se hagan necesarias pero es claro que corresponde a los órganos políticos adoptar este tipo de decisiones.
En este contexto, y como complemento, se requiere también decisiones de los países miembros en el sentido de como privilegiar alianzas estratégicas dentro del Sistema Interamericano, como por ejemplo con el BID y con la OPS, así como con el IICA, el Instituto del Nino y otras instituciones y entidades del Sistema, a fin de tener una coordinación real de nuestras actividades y evitar dispendiosas e innecesarias superposiciones.
En suma, los destinos de la Organización están en manos, como es natural, de sus dueños y es por ello que propongo la urgente realización de este dialogo que permita enfrentar de inmediato la situación que vivimos para obtener las decisiones que harán posible un futuro de mayor dinamismo y presencia de la OEA en los asuntos regionales.