1.5.1 Salud pública
1.5.2 Educación
1.5.3 Relación rural/urbana
1.5.4 Relación región/país
El 25.4% de los nacimientos ocurren en hospitales y clínicas, y el 74.4% en hogares. El 23.2% de los alumbramientos recibe atención del médico, el 3.3% es atendido por comadronas tituladas, y el 73.5% por comadronas prácticas.
Para la población femenina mayor de quince años, el promedio de hijos nacidos vivos es de 4.8 para la zona urbana y de 5.8 para la rural. La proporción de fallecidos a nacidos vivos es de 0.171.
Las enfermedades transmisibles presentan una alta incidencia con respecto al total nacional, y es así como en la Línea Noroeste ocurre el 26.9% de los casos de influenza o gripe endémica del país., el 34% de gastroenteritis, el 28% de blenorragia, el 36% de disentería, el 26% de sarampión y el 22% de sífilis.
La región en estudio cuenta con 12 hospitales generales, 10 maternidades y un hospital pediátrico, con un total de 1 359 camas distribuidas así: 1 069 en los generales, 92 en los de maternidad y 198 en el pediátrico. El promedio de camas por habitante es de 1 por 862 personas.
La dotación del personal en servicios de salud es de 216 médicos, 38 enfermeras graduadas, 44 odontólogos y 48 técnicos de laboratorio. Esto determina que hay un médico por cada 5 423 habitantes y una enfermera por cada 30 827.
Al estudiarse la salud ambiental, se aprecia que casi todos los sistemas de agua potable del país han llegado o están en vías de llegar al límite de su período de utilización eficiente ya que no hay un mantenimiento adecuado ni han sido amollados como lo demanda el crecimiento demográfico.
Para una población que se estimó en 1969 de 4 174 490 habitantes, la población servida por sistemas de agua potable, independiente de las condiciones del servicio, era de 1 511 014 habitantes; esto es, un 36.1% de la población total.
De una población urbana de 1 450 763 habitantes, 1 096 424 (75.5%) tenía servicio de agua potable. En cambio, en las zonas rurales cuya población total es de 2 723 727, solamente 414 590 gozaban de este servicio.
En la Línea Noroeste, con una población total de 1 190 073 habitantes, de los cuales 317 745 están en las zonas urbanas y 872 328 en las rurales, la población beneficiada para las tres categorías mencionadas era de 344 244 (28.9%), 234 224 (73.8%) y 110 000 (12.6%) respectivamente.
Considerando que la incidencia más alta repercute en las enfermedades gastrointestinales, se pone de manifiesto la necesidad urgente de dotar a breve plazo con servicios de agua potable a las comunidades rurales.
La matrícula para la enseñanza primaria es de 231 203 estudiantes, de los cuales 71 500 corresponden a la escuela urbana oficial o privada y 159 703 a la rural.
En la zona hay 72 escuetas urbanas oficiales con 741 aulas, 948 maestros y 59 568 alumnos, y 75 escuelas privadas, con 414 aulas, 417 maestros y 11 932 alumnos. Las escuelas rurales oficiales son 1 412 y tienen 2 535 aulas, 2 456 maestros y 159 703 alumnos para los seis primeros grados. Cada escuela tiene un promedio de 2.4 aulas, 2.5 profesores y 149 estudiantes. Cada profesor atiende 60 alumnos en las escuelas urbanas privadas y 65 en las rurales.
La distribución por grados muestra que el mayor número de alumnos, cerca del 60%, está en los grados primero a tercero, y que en los tres últimos grados la proporción es sólo del 10% al 13%. Cabe señalar que no en todas las escuelas se ofrece el sexto grado, y que solamente se encuentra una mejor distribución de la matrícula en las escuelas privadas.
De los 3 857 maestros, sólo tienen título en docencia 881, o sea el 23%, y 1 035, equivalentes al 27%, son bachilleres.
Los alumnos repetidores van del 30 al 40% en el primer grado y del 5% hasta el 10% en el sexto grado.
La escuela intermedia, con 141 planteles tienen 472 profesores y 15 248 alumnos. Las 50 escuelas secundarias tienen 591 profesores y 15 498 estudiantes. La educación técnica tiene cuatro escuelas con 55 profesores y 461 alumnos.
La distribución de la matrícula por grados, en la escuela primaria, no es la más conveniente; el porcentaje atendido por las escuelas no alcanza los niveles de los índices del analfabetismo en la nación, y el número de repetidores puede indicar que se necesitan varios años para poder enseñar a leer y escribir a esos alumnos, con el agravante de que la mitad de los profesores no tiene preparación para atender el nivel de secundaria. Asiste a la escuela intermedia y secundaria el 2.5% de la población, 25 204 matriculados, y 641 estudiantes atienden las cuatro escuelas de nivel técnico.
La relación de la zona rural con los centros urbanos asume dos características en la región de la Línea Noroeste. Por una parte, la relación entre el área rural y los centros urbanos con la propia región es muy limitada, particularmente en relación con la ciudad de Montecristi, que constituye un polo lógico de atracción regional. Debido a la falta de actividades económicas y de servicios sociales, la ciudad de Montecristi no está ejerciendo la función que su posición y jerarquía le confieren. Las relaciones con centros urbanos de menor importancia, como Dajabón, Santiago Rodríguez, y en menor escala con Guayubín, Villa Vásquez y Restauración, ejercen una influencia más marcada pero de orden puramente local. Por otra parte, se siente la atracción ejercida por centros urbanos ubicados fuera de la región, como es el caso de Santiago y de la capital del país, y esto se ha convertido en un factor negativo para la región por constituir la meta de emigración de las fuerzas de trabajo.
Desde el punto de vista urbano, es necesario que los centros de población estén dotados de los servicios sociales necesarios, particularmente de salud y educación, para que se conviertan en verdaderos polos de las áreas rurales que de ellos dependen. Por otra parte, la creación de actividades industriales y agroindustriales en estos centros permitirá no solamente absorber una parte de la mano de obra no agrícola y de ese modo detener o disminuir la corriente migratoria, sino que desarrollará un mercado regional para los productos agrícolas, tanto a nivel industrial como comercial, lo cual tendrá una incidencia notable en el mejoramiento del equilibrio población-espacio.
Las actividades anteriormente consideradas, además de establecer una relación intrarregional adecuada, tenderán a equilibrar la influencia de los centros extrarregionales, creando de esta forma una nueva relación de la Línea Noroeste, tanto con el Cibao como con el resto del país.
El estudio realizado sobre la dinámica de la población y sobre la economía agrícola indican claramente que la Línea Noroeste no está llenando la función que le correspondería en el panorama económico y social del país en virtud de su extensión, su población y sus recursos naturales. Por otra parte, la región tampoco cumple con el aporte adecuado a las exportaciones que constituyen la principal fuente de divisas.
La relación entre la región y el resto del país puede resumirse en la actualidad en una emigración tanto de la producción de recursos físicos como humanos. Los primeros están representados por la producción agrícola actual, que se encamina a Santiago o a la capital sin que existan verdaderas fuentes de riqueza. Los segundos están constituidos por la juventud en edad productiva, que emigra en grandes masas hacia otras partes del país en busca de las facilidades de educación y de trabajo que no se encuentran en la región.
Las relaciones de la región con el exterior del país son aún más limitadas, a pesar de que en épocas pasadas hubo actividad en el puerto de Montecristi debido a la producción de algunos renglones de exportación, que salían directamente desde la región para el exterior. Actualmente, el puerto de Pepillo Salcedo constituye el punto de exportación más cercano al mercado norteamericano, y la región, que tiene una considerable parte de la frontera con Haití, ofrece innumerables posibilidades de coordinación económica y social con ese país.
La propuesta de un proyecto turístico de amplio alcance en la bahía de Manzanillo posibilitaría una nueva relación de la región con el exterior y posiblemente tendría un gran impacto local.
En el caso de desarrollarse la iniciativa anteriormente mencionada, se hace aún más importante la creación de otras fuentes de ingreso regional por medio de un desarrollo agrícola más intenso y la creación de industrias y agroindustrias de transformación que tiendan a equilibrar esta relación región/ exterior. Con esto, evidentemente, se conseguirían más fuentes de trabajo, cuyo corolario sería lograr la absorción de la mano de obra no utilizada por el centro turístico.
