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La Convención de las Naciones Unidas sobre los
Derechos del Niño (CDN) de 1989 proporciona un marco para abordar temas
relacionados con los niños y adolescentes, tales
como la dignidad de todos los niños, el reconocimiento de
ellos como sujetos de derecho y sus intereses en la
resolución de conflictos. El Convenio reconoce a las familias, las
comunidades y los Estados como garantes de los derechos del niño. En
particular, los Estados están obligados a asegurar y hacer cumplir los
derechos del niño, prevenir posibles peligros
para ellos y garantizar la restitución inmediata, en caso en que sus
derechos hayan sido violados.
Veinte años después de que la Convención entrase en vigor, la región ha
visto un avance significativo, aunque a niveles diferentes - en la
protección de los niños. Sin embargo, la región de las Américas se sigue
caracterizando por la persistente pobreza, la desigualdad social y la
exclusión social, que tienen un impacto directo en el bienestar de los
niños. La OEA ha venido desarrollando acciones a través de resoluciones
y el apoyo de los países miembros para mejorar la vida de los niños.