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Capítulo 1. Diagnostico de la región I

1.1 Identificación e importancia de la Región I en el contexto nacional
1.2 Interpretación histórica de la región
1.3 Características geográficas y de los recursos naturales
1.4 Análisis de la población
1.5 Características de la infraestructura físico-económica
1.6 Características del equipamiento y de los servicios sociales
1.7 Asentamientos humanos
1.8 Estructura social
1.9 Sistema de relaciones económico-sociales e institucionales
1.10 Determinación de subregiones y zonas de desarrollo

1.1 Identificación e importancia de la Región I en el contexto nacional

1.1.1 Regionalización a nivel nacional
1.1.2 La Región I y su importancia en el desarrollo nacional

La Región I, objeto de este proyecto de Estudios de las Cuencas de los ríos Santiago y Mira y de la Planificación del Desarrollo Regional, forma parte del sistema de ocho regiones establecidas por la Junta Nacional de Planificación y Coordinación (JUNAPLA) en el año 1976, y agrupa a las tres provincias noroccidentales del país: Carchi, Imbabura y Esmeraldas.

1.1.1 Regionalización a nivel nacional

La Junta Nacional de Planificación y Coordinación Económica ha realizado una serie de estudios e investigaciones encaminadas al mejor conocimiento de la estructura espacial o territorial del país y de las incidencias que ellas tienen en el proceso general de desarrollo. Estos estudios han permitido proponer una regionalización del país con propósitos de planificación que ha sido aprobada por JUNAPLA (Ver mapa 1-1).

MAPA 1-1. REGIONALIZACION

La regionalización para el Ecuador está compuesta por ocho regiones, a saber: Región I: Provincias de Carchi, Imbabura y Esmeraldas; Región II: Provincias de Pichincha y Napo; Región III: Provincia de Manabí; Región IV: Provincias de Cotopaxi, Tungurahua, Bolívar, Chimborazo y Pastaza; Región V: Provincias de Guayas y Los Ríos; Región VI: Provincias de Cañar, Azuay y Morona Santiago; Región VII: Provincias de El Oro, Loja y Zamora Chinchipe; Región VIII: Provincia de Galápagos.

1.1.2 La Región I y su importancia en el desarrollo nacional

La Región I juega un papel destacado en el desarrollo nacional por su dotación de recursos naturales, particularmente los forestales, hídricos e ictiológicos, por su posición fronteriza con Colombia, por el aporte al abastecimiento de productos agropecuarios tanto al mercado nacional como externo, por su potencial turístico, las actividades que se derivan del funcionamiento del puerto y por la industria vinculada al petróleo en Esmeraldas.

Los aspectos más relevantes sobre la importancia cuantitativa y cualitativa de la Región I en el contexto nacional son los de superficie y de recursos naturales.

i. Superficie

La Región I tiene una superficie de aproximadamente 24 850 km2, lo que representa el 9 por ciento del territorio nacional. A nivel regional, la Provincia de Esmeraldas representa el 65 por ciento de la superficie total, la de Imbabura el 20 por ciento y la del Carchi el 15 por ciento.

ii. Recursos naturales

La potencialidad e importancia de la Región I referente a su dotación de recursos naturales puede expresarse muy resumidamente en los siguientes términos:

a. Recursos hídricos

La mayor parte del territorio litoral de la Región recibe una precipitación anual superior a los 2 000 mm anuales, constituyéndose en la zona de mayores precipitaciones de la costa ecuatoriana. En la subregión interandina el clima es más seco y responde a un patrón similar en todo el Callejón Interandino, con un período seco de tres o cuatro meses durante los cuales la agricultura exige la ayuda del riego.

Con excepción del oriente amazónico, puede decirse que la Región es la que cuenta con más disponibilidades de agua en el país. Los déficit de agua para las necesidades del ciclo vegetativo se presentan en áreas relativamente pequeñas y en períodos cortos y poco acentuados.

No existiendo una red adecuada de mediciones hidrométricas, resulta difícil evaluar la potencialidad de los caudales de los cuerpos de agua y compararlos con los de otras regiones del país, especialmente en las posibilidades de generación de energía; sin embargo, por lo existente se puede juzgar que salvo el área oriental, la región tendría el más alto potencial instalable en todo el territorio nacional dentro de términos razonables de inversión.

b. Otros recursos naturales

Los recursos de suelos, forestales, mineros e ictiológicos son muy importantes en la Región I. De los dos primeros se han realizado evaluaciones que permiten calcular directamente su potencialidad para el desarrollo, V de los dos últimos no se cuenta con estudios pero su importancia se puede determinar indirectamente por las actividades de los respectivos sectores.

Los mejores suelos de la Región I se encuentran en el Callejón Interandino, que puede producir cultivos anuales y permanentes de clima templado; en la llanura de piedemonte, que es apta para producir cultivos permanentes de clima tropical, y en los valles aluviales de la costa, cuyos terrenos de alto rendimiento pueden producir cultivos anuales y permanentes tropicales.

En el área costera próxima a la frontera colombiana se ubican bosques naturales de primera y segunda calidad que facilitan el desarrollo de la zona si se les explota racionalmente.

El potencial en minerales metálicos no es tan alto como las regiones sur (Provincia El Oro), donde las explotaciones de oro han sido notables. Es aproximadamente igual que las regiones del oriente en cuanto a la ocurrencia y explotación de lavaderos de oro. Con respecto a hidrocarburos, su potencial es mucho menor que en el oriente. El potencial en minerales no metálicos es similar al de otras regiones del país.

La pesca tiene especial importancia y se puede tener una idea de las posibilidades del recurso si se considera que en el año 1974 se desembarcaron en el puerto de Esmeraldas alrededor de 5 millones de libras de pescado, 541 000 libras de langostinos, 90 000 de camarón rojo, un millón de libras de pomada, 34.4 millones de piezas de concha prieta y 476 000 piezas de almeja.

En síntesis, la Región I tiene buenas perspectivas para el desarrollo de sus recursos naturales en comparación con otras áreas del país, principalmente en lo que respecta a recursos forestales e ictiológicos.

iii. Población

De acuerdo con las cifras del censo de 1974, la Región I tenía una población de 570 655 personas, lo que representa el 8.3 por ciento de la población total del país. A nivel provincial, las poblaciones eran de 229 548 para Imbabura, 214 365 para Esmeraldas y 126 742 para Carchi.

La población regional ofrece un patrón de localización espacial predominantemente rural, ya que en este sector se localiza el 67.1 por ciento de la población total regional, mientras que en el país la población rural representa el 58.8 por ciento.

La población urbana se concentra y distribuye geográficamente en dos subsistemas; el primero en la sierra, con diez centros urbanos de más de 2 000 habitantes, en donde Ibarra, Tulcán y Otavalo se sitúan en un eje de desarrollo que las conecta entre ellas, y con Quito por el sur y Colombia por el norte. El segundo subsistema se localiza en la provincia de Esmeraldas en cinco centros superiores a 2 000 habitantes, siendo Esmeraldas el mayor de ellos.

La ciudad de Esmeraldas tiene vinculaciones con el resto del país, principalmente con Quito y Guayaquil, y con el exterior a través de las actividades de exportación e importación que se realizan por el puerto del mismo nombre.

El resto de los centros urbanos de este subsistema se encuentran relativamente aislados, y por lo general tienen su principal vinculación con la ciudad de Esmeraldas.

iv. Actividad económica global

El aporte de la Región I a la formación del Producto Interno Bruto (PIB) del país ha sido de un 4.6 por ciento en el año 1975, en donde la Provincia de Imbabura aportó el 1.74 por ciento, la Provincia de Esmeraldas el 1.57 por ciento y la de Carchi el 1.27 por ciento.

Es seguro que la Provincia de Esmeraldas ha elevado su aporte al PIB regional y de la Región I con respecto al país en los años recientes debido a las fuertes inversiones realizadas en la refinería de petróleo y la construcción del puerto comercial. No se observan aportes significativos de los sectores económicos de la Región I con respecto al país, ya que ninguno de ellos supera el 9 por ciento que representa la superficie de la Región I con respecto al país, y sólo tres sectores iguales el 8 por ciento que corresponde a la participación de la población regional dentro del total. Estos sectores son: a) agropecuario, silvícola y pesca, b) transporte, almacenamiento y comunicaciones, y c) servicios de la vivienda.

v. Ordenamiento territorial

La Región I ofrece fuertes contrastes geográficos y de ocupación del territorio, registrándose una sobrepoblación y fragmentación importante en la subregión Andina y espacios relativamente vacíos en el litoral.

Las características climáticas, topográficas y la dotación de recursos naturales han sido determinantes en la ocupación del territorio y han condicionado la localización y naturaleza de las explotaciones asociadas a los asentamientos humanos.

En la subregión Andina, la ocupación del territorio está asociada fundamentalmente a la explotación agropecuaria, en donde predomina el minifundio, que determina una población rural muy dispersa.

La población urbana se estructura en torno a un eje de desarrollo norte-sur que une a Tulcán, Ibarra, Otavalo y Quito, dotados de una aceptable infraestructura de transporte vial y de equipamientos urbanos que prestan servicios de diversa intensidad de acuerdo con el rango de cada centro.

La costa ofrece condiciones diferentes de ocupación a los de la sierra, lo que se caracteriza por estar asociada a la explotación de plantaciones, como la de la palma africana, y a actividades forestales y ganaderas.

La costa se conecta con la sierra al norte principalmente a través de la carretera Esmeraldas, Quinindé, Santo Domingo y Quito, y al sur con la carretera a Guayaquil. La vinculación directa entre ambas subregiones es muy débil y se manifiesta solamente por el ferrocarril que une a Ibarra con San Lorenzo, el cual se encuentra en muy precarias condiciones de funcionamiento.

En torno al eje de desarrollo que une a Santo Domingo con Esmeraldas, se observa un mayor grado de ocupación y explotación del territorio, que culmina con una fuerte concentración urbana en la ciudad de Esmeraldas, desde donde se ramifica por el litoral oeste.

En el resto de la Provincia de Esmeraldas se presentan serios problemas de accesibilidad, y por lo tanto la densidad de población es muy baja.

De acuerdo con lo descrito anteriormente, desde el punto de vista territorial, la Región I está formada por tres subregiones escasamente vinculadas entre sí: la subregión Interandina, que abarca las provincias de Carchi e Imbabura; la subregión integrada por los cantones de Esmeraldas, Quinindé y Muisne, localizadas en torno al eje de desarrollo Quito-Esmeraldas y sus ramificaciones al litoral oeste, y la subregión de la cuenca del Santiago, que corresponde a los cantones de Eloy Alfaro y San Lorenzo y que cuenta con grandes espacios vacíos.

La subregión interandina y la formada por el resto de la Provincia de Esmeraldas están interrelacionadas en forma independiente con el resto del país, principalmente con Quito la primera y con Quito y Guayaquil la segunda. A su vez, la subregión interandina ofrece un corredor para el intenso tráfico fronterizo que se realiza en la República de Colombia, especialmente con la localidad de Ipiales.

vi. Principales contribuciones de la Región I al desarrollo económico nacional

La Región I genera excedentes que se destinan al resto del país, a los mercados de exportación en los sectores agropecuarios, forestales y de pesca, y además ofrece atractivos que permiten el desarrollo del turismo interno e internacional.

a. Sector agropecuario

El sector agropecuario nacional desempeña un papel estratégico en las actividades económicas y sociales del país. La Región aporta el 9 por ciento a la generación del sector agropecuario nacional, y en algunos rubros su participación es de una importancia mucho mayor.

- En la subregión Andina existen alrededor de 81 mil hectáreas aptas para cultivos y se utilizan 101 mil, lo que implica una exagerada presión en el uso de los suelos menos aptos, con cultivos de ciclo corto, en áreas donde se encuentra el minifundio. Provee al resto del país alrededor de 50 mil toneladas anuales de papa y en menor grado de otros productos, como trigo, maíz, leguminosas, azúcar y carne de vacuno.

- En la subregión Esmeraldas existen 160 mil hectáreas aptas para cultivos anuales y sólo se están utilizando 45 mil hectáreas. Los principales excedentes de esta subregión son café, carne de vacuno, banano, cacao, coco y palma africana.

- La subregión Río Santiago tiene capacidad principalmente en la explotación de los recursos forestales y pesqueros, y en menor grado en el campo agropecuario. Sin embargo existen 103 mil hectáreas aptas para cultivos transitorios; actualmente en el cantón Eloy Alfaro existe una pequeña actividad pecuaria comercial.

b. Sector forestal

Los bosques naturales de la Región I son los más ricos y potencialmente accesibles del Ecuador. Los suelos de la subregión interandina ofrecen un elevado potencial para plantaciones forestales de rápido crecimiento. Las ventajas de accesibilidad de la Región I frente a otras zonas madereras del país están dadas por las facilidades de embarque en los puertos de la Provincia de Esmeraldas y el transporte fluvial de los ríos que se desplazan a través de los bosques naturales hacia el mar.

Se estima que alrededor de 120 mil a 140 mil hectáreas han sido objeto de explotación selectiva en la Región en los últimos diez años. Actualmente esta explotación alcanza una producción de 15 a 17 mil hectáreas por año.

De acuerdo con las existencias de madera en bosques aptos para la silvicultura comercial, la corta total anual permisible en la Región I sería de 744 700 m3.

La Región I produce anualmente cerca de 552 000 m3 de madera aglomerada a partir de 1979.

El valor total de la producción primaria y de la industria forestal secundaria se estima en US $ 6 200 000 anuales, y la ocupación directa e indirecta generada por el sector en 18 500 puestos de trabajo. Gran parte de toda esta actividad forestal se envía fuera de la región o a los mercados de exportación.

Para la producción nacional de "plywood" o madera terciada se destina a la exportación cupos dados por el Ministerio de Industrias, Comercio e Integración (MICEI), que varían de un 25 por ciento a un 35 por ciento.

vii. El desarrollo fronterizo con Colombia

La zona objeto de integración fronteriza quedó oficializada en el acta de Rumichaca el 12 de marzo de 1966, y está formada por el Departamento de Nariño y la Comisaría de Putumayo en Colombia, y por las Provincias de Carchi, Esmeraldas y Napo en el Ecuador.

Los grados de intercambio entre las diferentes zonas son muy variables; sé observa una fuerte corriente de integración física y económica en torno a la Carretera Panamericana, que vincula a las provincias de Carchi e Imbabura en Ecuador con el Departamento de Nariño en Colombia. Las comunicaciones de Esmeraldas son muy débiles y se realizan por vía marítima desde los puertos de Esmeraldas y San Lorenzo en Ecuador hacia el puerto de Tumaco, en el vecino país. Entre Napo y la Comisaría de Putumayo existe sólo contacto fluvial.

Las actividades de integración han sido objeto de un gran apoyo institucional y político, el que se ha manifestado a través de numerosas reuniones binacionales que generan acuerdos para facilitar y fortalecer el proceso de integración fronteriza.

Entre los acuerdos más importantes relacionados con el proceso de integración fronteriza es importante destacar la creación, en 1975, de una Promotora de Proyectos Industriales (PROINDUSTRIALCE); el reglamento para la realización de ferias de integración ecuatoriano-colombina; el reglamento que contiene las normas y procedimientos sobre el tránsito de personas y vehículos entre ambos países. En noviembre de 1976 se aprobaron varias resoluciones entre los Ministerios de Agricultura de ambos países, entre las cuales, las más importantes corresponden a las relacionadas con la producción y comercialización de la papa y las normas sanitarias de los productos agropecuarios. Además trataron de buscar mercados en forma conjunta y ejecutar proyectos de integración.

En lo referente al intercambio comercial entre Colombia y Ecuador, la zona fronteriza tiene una activa participación por el lado de las importaciones, ya que por Tulcán ingresa entre el 40 y el 65 por ciento de las importaciones desde Colombia, y por el Puerto de Esmeraldas entre el 10 y el 15 por ciento. Con respecto a las exportaciones de Ecuador a Colombia, se realizan principalmente por el Puerto de Guayaquil, en menor proporción por el Puerto de Manta, ocasionalmente por el Puerto de Esmeraldas (menos de 1 por ciento) y por Tulcán en un 5 por ciento.

1.2 Interpretación histórica de la región

El actual patrón de ocupación del territorio ecuatoriano, y en particular el de la Región I, reflejan y son resultado de sucesivas modalidades de apropiación y utilización de los recursos naturales, vinculados a la estructura social, económica y política de los grupos humanos que allí se instalaron.

De este proceso se pueden distinguir ciertos momentos y factores particularmente significativos para la estructuración del espacio.

a) El período incaico que articuló las pequeñas comunidades instaladas en la sierra, configurando un corredor o eje de comunicación cuyas prolongaciones alcanzaban desde Colombia hasta Chile. Este eje, definido por el flujo de bienes y personas, y por las obras viales que lo apoyaban, era expresión de la integración administrativa y económica del Imperio Incaico y tuvo su centro más importante dentro del actual territorio ecuatoriano, en Quito.

b) La conquista española se impuso sobre la organización anterior, agregando a la labor productiva un componente exportador, cuyo impacto en la ocupación del territorio dependía de los períodos de auge o depresión de este sector, y de los rubros que en cada etapa se constituían en los principales productos de exportación. Así, durante la Conquista y la Colonia, la organización del espacio estuvo influida por un período de desarrollo minero, una etapa agrícola-textil, y a partir del Siglo XVIII por la exportación del cacao. Su efecto fue inicial mente la consolidación del eje interandino, progresivamente fragmentado en torno a las áreas de influencia de Quito, Cuenca y Loja, y a partir del auge del cacao, la incorporación de Guayaquil en la zona de la costa como otro centro cuya influencia llegaría a tener un papel fundamental en los procesos sociales y políticos del período, y que constituirían, junto con Quito, los centros urbanos más importantes del país.

c) El período de auge bananero, que transforma de manera importante la utilización del espacio incorporando nuevas áreas a la explotación económica y a la ocupación del territorio. Su impacto fue fundamental en la región de la costa, donde requirió la construcción de nuevas carreteras y originó el rápido crecimiento de centros urbanos hasta ese momento estacionarios. Este auge llegó a su punto más alto en los primeros años de la década del 60, para ceder posteriormente frente a variaciones de la demanda externa.

En el área del Proyecto las plantaciones más importantes se localizaron en Quinindé y Muisne; en el primero con empresas e inversiones de gran escala, y en el segundo con predominio de pequeños productores.

En la Región I el efecto de esta significativa incorporación de la costa a la actividad económica se tradujo en la conexión física con la sierra, iniciada en 1948 con la carretera Santo Domingo-Quinindé y que en la década del 60 establece la carretera Esmeraldas-Quinindé-Santo Domingo-Quito. Significó así mismo importantes desplazamientos de población, en un primer momento requerido por las nuevas plantaciones y, a partir de la crisis de este rubro, dirigidas a los centros urbanos, especialmente Esmeraldas, en busca de nuevos empleos.

1.3 Características geográficas y de los recursos naturales

1.3.1 Principales características de localización
1.3.2 Regiones naturales
1.3.3 Caracterización y análisis de unidades ambientales
1.3.4 Características y potencialidades
1.3.5 Características y potencialidades de los recursos hídricos

1.3.1 Principales características de localización

La Región I se encuentra situada entre las coordenadas 0° y 1°27', latitud norte, y 77°38' y 80°07' de longitud oeste de Greenwich. Tiene una extensión de aproximadamente 24 853 km2 y sus limitantes son: al norte la República de Colombia y al sur la provincia de Pichincha, al sudoeste la provincia de Manabí, al este la provincia del Napo y al oeste el océano Pacífico.

1.3.2 Regiones naturales

La Región en estudio no forma una unidad geográfica homogénea. Por el contrario, ateniéndose al relieve y a la hidrografía, se subdivide en varias subregiones que pueden sintetizarse en tres grandes unidades geomorfológicas.

- Zona interandina

Está constituida por dos estructuras geomorfológicas fácilmente diferenciables. Una de ellas la componen los flancos interiores de las dos grandes cordilleras andinas y los macizos transversales o nudo de Boliche y Mojanda Cajas. La otra está constituida por un conjunto de pequeños valles de relieve accidentado, localizados en el interior del Callejón Interandino.

- Zona de transición

Se encuentra entre los valles interandinos y la planicie costera y está caracterizada por terrenos muy quebrados y de elevadas pendientes, en las que alternan profundos cañones y estrechas cuchillas. Esta zona se extiende desde los picos andinos hasta confundirse en forma más o menos gradual con la llanura litoral.

- Zona costera

Se halla ubicada entre la zona de transición y el mar, y está caracterizada por un relieve plano al norte y ligeramente ondular al sur. La planicie se interrumpe por la presencia de un cordón de montañas de poca altura (montañas de Cojimíes) ubicadas al sudoeste del tercio inferior del río Esmeraldas.

1.3.3 Caracterización y análisis de unidades ambientales

i. Unidades ambientales 1

1/ Un mayor detalle de estos aspectos se encuentra en la publicación No. 17 "Desarrollo y medio ambiente para la planificación de la Región I", INERHI-CONADE-OEA, 1979.

Las unidades ambientales (mapa 1-2 y cuadro 1-1) identificadas son:

a. Páramo

Esta unidad ambiental comprende todas las zonas altas de la región interandina, desde los 3 200 msnm en las provincias de Imbabura y Carchi.

El clima se caracteriza por tener una temperatura promedio entre 1.5. y 9°C y precipitaciones de 500 a 2 000 mm; los rangos de temperatura son muy amplios y las heladas muy comunes, y además la intensidad del viento es muy alta.

Las tierras de esta unidad ambiental están compuestas por lo general de turbas de color negro borroso y se las denominan comúnmente con el nombre de "suelos negros andinos". Son suelos profundos y casi siempre presentan escasos restos de vegetación. Contienen mucha acidez y tienen un pH que varía de 4.5 a 6.5. Estos suelos son de origen volcánico y carecen de fósforo. Corresponden a planicies onduladas, y es por eso que reciben el nombre de altiplano.

CUADRO 1-1
UNIDADES AMBIENTALES

Nombre

Sup Km2

Porcentaje en la Región

Páramo

248.5

1.0

Valles interandinos

4 473.0

18.0

Bosques de las estribaciones

7 703.5

31.0

Bosques de las tierras bajas

6 088.2

24.5

Estuario



- Manglar

124.2

0.5

- Guandal

124.2

0.5

Tierras del trópico seco

6 088.2

24.5

Ríos y lagos


-

Mar y playa


-

SUPERFICIE TOTAL

24 849.8

100.0

La vegetación del páramo se caracteriza principalmente porque está poblado en un manto de gramíneas denominadas pajonales. Los pajonales generalmente están compuestos por gramíneas, ciperáceas, iridáceas y muchísimas compuestas, como los frailejones y la chuquirahua. Con la altura el páramo se hace cada vez más estéril, hasta que finalmente la vegetación con flores prácticamente desaparece por encima de los 4 750 metros sobre el nivel del mar.

La fauna es relativamente pobre debido principalmente a la escasez de alimento y a la variación térmica, baja concentración de oxígeno y a la fuerte incidencia de las radiaciones solares.

La pequeña comunidad biológica es delicada y vulnerable; allí se encuentran especies como venado, tapir, conejo, chucuri, lobo, llama, perdiz, pato, cóndor, patillo, colibrí, gavilán y otros.

b. Valles interandinos

Dentro de esta unidad ambiental se han considerado a los valles interandinos; estos valles tienen características de clima y vegetación que varían del húmedo y seco montano bajo al seco y espinoso premontano, y a las partes bajas del húmedo montano.

El clima se caracteriza por sus temperaturas, que son de tipo bastante regular, las cuales oscilan desde los 20°C en los valles bajos, hasta los 10°C en las partes altas.

La precipitación es igualmente variada, y fluctúa entre 400 y 1 500 mm. En verano se aprecian épocas bien marcadas, o sea durante los meses de junio, julio, agosto y septiembre, y también en los restantes meses de invierno.

La vegetación natural prácticamente es inexistente debido al hecho de que estas áreas son utilizadas durante muchos años. Esta vegetación natural ha sido reemplazada por plantaciones artificiales de eucaliptos en su mayor parte, aunque también se han plantado pinos pero en menor escala.

La fauna representativa está compuesta por pequeños mamíferos, entre los cuales son dignos de mención los siguientes: raposas, chucuríes, ratones y murciélagos; también deben mencionarse los gorriones, los mirlos, las golondrinas, las tórtolas, los quilicos, los gallinazos, las garzas y los colibríes entre las familias de las aves, mientras que los reptiles están representados por las lagartijas y las guacsas, y además por varias especies de anfibios, como jambatos y sapos.

En esta unidad se encuentran los mejores cultivos de la sierra y la mejor explotación de la ganadería de leche, y además tienen ciudades y poblaciones con más habitantes.

MAPA 1-2. UNIDADES AMBIENTALES

c. Bosques de las estribaciones

Esta unidad ambiental comprende las áreas situadas a 500 metros y las altas cumbres de los flancos externos de la cordillera de los Andes. El clima es muy variado y la temperatura se relaciona con la altitud. La temperatura en el piedemonte es de 24°C, y en las partes altas es de sólo 5°C. La precipitación, por lo general, es de más de 3 000 mm.

Según los estudios de capacidad productiva de los suelos realizados por el "Proyecto de Planificación para el Desarrollo de la Región I", corresponde a la clasificación VII, "suelos no cultivables, relieves alomados aptos solamente para fines forestales"; las limitaciones son por suelo, clima y topografía. Es de añadir que muchos ríos se originan en esta unidad. Se ha podido conservar la vegetación original debido a la alta humedad y a la topografía accidentada. La vegetación es exuberante, con árboles de hasta 50 metros de altura, de copas estrechas y fustes más o menos rectos, a los que se adhieren gran cantidad de plantas epífitas y parásitas. Abundan las bromeliáceas, musgos y aráceas. En la parte alta se encuentran los "surales" y en la media los guarumos de hojas plateadas.

La vertiente occidental de la cordillera de los Andes presentan comunidades biológicas características por el influjo determinante, tanto de las zonas andinas como del bosque tropical. Entre las especies más representativas se encuentran perezosos, nutrias, venados, sacha cuy, pavas de monte, lobos, gallos de la peña, chucuríes, jambatos y sapos.

d. Bosques de las tierras bajas

Esta unidad ambiental está ubicada en la Provincia de Esmeraldas, entre los siguientes límites: al sur el río Verde, al norte los límites con Colombia, al occidente el piedemonte hasta los 500 msnm y al este el estuario.

Tiene una temperatura mayor de 24°C. La evapotranspiración potencial es superior a 1 414 mm según Holdridge y la precipitación, que supera los 2 500 mm, está distribuida durante todo el año con esporádicas épocas secas.

Los suelos son en su mayoría latosoles rojizos antiguos e infértiles, y se caracterizan por ser altamente lavados por encontrarse en estado muy avanzado de meteorización; son muy frágiles y están expuestos a un progresivo deterioro de su capacidad productiva, y en general son pobres en materia orgánica.

La vegetación es sumamente heterogénea y se halla constituida por numerosas especies y con muy pocos ejemplares de la misma especie, distribuidas en varios estratos. Las especies más comunes son: sande, virola, cuangare, moral, chanul, amarillo, cedrillos, laguno, caimitillo, zapotillo, mascarey, caucho, tagua y otros.

Los ejemplares se han diversificado de acuerdo con los estratos del bosque y presentan una rica y variada fauna, comparada únicamente a la fauna amazónica. La fauna más representativa es la siguiente: raposa, monos de varias especies, oso hormiguero, perezosos, armadillos, guatines, guantas, ratones de monte, perro de monte, cusumbos, tigrillos, murciélagos, pava de monte, loros, tucanes, pájaros carpinteros, garrapateros, tortugas, culebras de varias especies, salamanquezas y sapos, además de una gran variedad de insectos.

e. Estuario

Esta unidad ambiental se encuentra ubicada en la parte noroccidental de la Provincia de Esmeraldas.

El clima se caracteriza por tener una temperatura mayor de 24°C, y la evapotranspiración, según Holdridge, es superior a 1 414 mm. La precipitación es mayor de 2 000 mm y se encuentra distribuida durante todo el año.

Según un estudio realizado 1, los suelos están clasificados como capacidad productiva de la tierra, clase VIII "suelos no cultivables, aptos solamente para parques nacionales y zonas de vida silvestre" y están sujetos constantemente a inundaciones e influencia del agua marina.

1/ Ver publicación No. 30 "Suelos" del Proyecto Planificación para el Desarrollo de la Región I, INERHI-CONADE-OEA, 1979

La vegetación está compuesta de estratos; siguiendo un perfil desde el mar hacia el continente se encuentra el manglar, compuesto de cuatro especies: dos de rizophora, avicenia nítida y combretácea; el guandal, compuesto primeramente de "palmichar", que es una asociación pura de palmas, y en segundo lugar de una asociación mixta de palmas tangare y sapotolongo, y por último otra asociación de sajo y cuangare.

La fauna se caracteriza de acuerdo con los mismos perfiles de vegetación; así, en el manglar se encuentran jaibas, conchas, camarones, y peces, y aves tales como albatros, gaviotas y garzas. En el guandal lo más característico es la presencia de lagartos y tulicios, además de un sinnúmero de aves y mamíferos generalmente arborícolas.

f. Tierras de trópico seco

Esta unidad ambiental se encuentra ubicada entre el río Verde y los límites de las Provincias de Esmeraldas, de Manabí y parte de Pichincha.

La temperatura es mayor de 24°C y la evapotranspiración según el sistema de Holdridge es superior a 1 414 mm. La precipitación varía entre 500 y 2 500 mm, predominando dos épocas claramente diferenciadas: una de lluvias de 4 a 6 meses y otra seca.

Según el estudio de suelos antes mencionado, y por la capacidad de uso, se distinguen suelos de clases II y III junto a los ríos, y en algunos microvalles hay suelos cultivables.

Los suelos de la clase IV son tierras aptas para pastos y cultivos perennes. Una gran extensión corresponde a las clases V y VII, que son tierras no cultivables que presentan limitantes como topografía y drenaje; sin embargo pueden ser utilizadas con medidas muy intensivas de manejo.

La vegetación es muy variada y está en relación con la cantidad de precipitación; cuando es muy escasa predominan las cactáceas y algunas gramíneas en aquellos lugares con precipitación hasta 500 mm. Las plantas son de mediano porte, de alrededor de 5 metros, con hojas pequeñas, coriáceas y caducifolias; la mayoría de ellas tiene espinas y la copa es parasolada. En los sitios de 1 000 mm de lluvia la vegetación natural es generalmente caducifolia en forma de masa compacta de troncos delgados, y está constituida por arbustos de 2 a 8 metros de altura y árboles de 18 metros, como las ceibas y algarrobos. En sitios con unos 2 000 mm de lluvia la vegetación es mixta y se compone de 40 a 50 especies de 30 a 40 metros de altura; entre las principales se menciona: guayacán, pechiche, guachapelí, moral bobo, moral fino, colorado, amarillo y laurel.

Este ecosistema, que está compuesto en gran parte por sabanas costeras, ofrece pocas posibilidades de vida para la fauna debido a la poca disponibilidad de alimentos y a la escasez de refugios y sitios de crianza.

No obstante estas circunstancias adversas, pueden encontrarse los siguientes animales: raposa (zorra), aullador, oso mielero, armadillo, perezoso de dos dedos, ardilla, rata espinosa, lobo y otros mamíferos; entre las aves: gallinazo, águila pescadora, garza, negro garrapatero, perdiz, pavo de monte; reptiles: pecazos y culebras; entre los peces: bagre, lisa y raspa.

g. Ríos y lagos

En la Región I se encuentran tres cuencas hidrográficas principales, que son la del río Esmeraldas, la de Santiago y la del Mira. Los lagos y lagunas son muy numerosas, importantes y de extraordinaria belleza; casi todos ellos se encuentran en la Provincia de Imbabura y son la base del sustento de gran parte de la población, especialmente la de San Pablo. La laguna de Sade, en la Provincia de Esmeraldas, es muy poco conocida pero de gran atractivo.

h. Mar y playa

- Mar

Las aguas cercanas a la costa, es decir sobre la plataforma continental, se denominan zona nerítica. Es una de las más ricas pues contiene gran variedad de especies de todo tipo, lo que se debe tanto a la intensa iluminación como a la abundancia de nutrientes que recibe de los fondos marinos poco profundos y del continente a través de los ríos. Las aguas del mar territorial ecuatoriano reciben la influencia determinante de la corriente cálida del Niño y la corriente fría de Humboldt; por lo mismo, frente a las costas de Esmeraldas y norte de Manabí, las aguas tienen mayor temperatura que al sur, frente al Golfo de Guayaquil y cerca de las costas peruanas. Estas condiciones tienen un efecto considerable sobre la composición faunística.

Por otra parte es necesario enfatizar que la riqueza faunística y de otros recursos marinos se halla sobre la plataforma continental, por lo que el Ecuador debe afianzar la soberanía sobre las 200 millas de su mar territorial.

Las especies marinas más comunes de la Región son: tiburón, delfín, picudo, atún, lisa, calamar, anchoa, pulpo, langosta y tortugas, especialmente las migratorias, las cuales están declaradas en proceso de extinción.

- Playa

A lo largo de la costa de Esmeraldas existen grandes y hermosas playas en las que se ve una variada y rica fauna. Las playas arenosas son el resultado de la acción persistente del oleaje sobre los materiales de poca consistencia que componen el litoral.

En las playas arenosas movidas por el mar y el viento vive una comunidad faunística de peculiares características, que en último término dependen de la producción primaria del mar. Entre las partículas de arena humedecidas por el agua marina existen numerosos microorganismos, tanto autótrofos como heterótrofos, que sirven de alimento a otros animales más grandes.

Sobre las playas horizontales el mar arroja una gran variedad de organismos que quedan al descubierto cuando baja la marea y sirve de alimento a las aves costeras. Pero la pleamar no sólo arrastra organismos vivos sino también todo tipo de conchas vacías, caracoles, lapas, almejas, etc. Entre las principales especies de animales que habitan en las playas figuran el gusano arenícola, la almeja, el cangrejo de arena, la jaiba, la gaviota, el alcatraz, la fragata, el piquero, etc.

1.3.4 Características y potencialidades

Las localizaciones principales y superficiales aproximadas a los diferentes tipos de suelos se encuentran en el cuadro 1-2 y en el mapa 1-3 1.

1/ Para un mayor detalle ver publicación No. 30 "Suelos", Proyecto Planificación para el Desarrollo de la Región I; INERHI-CONADE-OEA, 1979.

MAPA 1-3. CAPACIDAD PRODUCTIVA DE LA TIERRA

i. Cuenca del río Santiago

El uso potencial de las tierras se determinó principalmente en base al clima y la topografía, además de las características físicas, morfológicas y químicas de los suelos. Con estos criterios se identificaron clases y subclases de suelos, su uso, manejo y conservación de los mismos.

a. Clase II

Se localizan en las terrazas de los ríos Santiago, Cayapas y Onzole; presentan relieve plano; 0-5 por ciento de pendiente, perfil profundo y de fertilidad media.

Se identificaron dos subclases definidas por el suelo y el drenaje. Subclase lid, suelos sin problemas de hidromorfía, de textura franca y arcillo-limosa, influenciados por el nivel freático, que en el mayor de los casos alcanza hasta 50 cm de la superficie y ocupa las terrazas muy altas; subclase IIsd, ocasionalmente inundables, influenciados por el nivel freático, de textura liviana (arenas francas); corresponde a las terrazas altas.

Estas áreas, que son todas ellas de suelos fértiles, se hallan aprovechadas con cultivos de banano, plátano, caña de azúcar, cacao, y en una escala menor se cultiva también café.

b. Clase III

Dentro de esta clase se agrupan los suelos aluviales localizados inmediatamente después de los manglares; inundables, con problemas de salinidad en la parte baja del perfil, influenciados por el nivel freático hasta 50 cm de la superficie, de relieve plano, perfil profundo, de textura franca y de fertilidad media; por problemas de suelo y drenaje se los ubicó dentro de la subclase IIIsd; suelos arcillosos poco profundos sobre colinas, con pendientes menores de 25 por ciento, de textura arcillosa (pesada) y de fertilidad alta; por suelo y topografía se los ubicó en la subclase IIIst y se localizan en la carretera Las Peñas-Borbón; suelos con toxicidad de aluminio a 50 cm de profundidad, de fertilidad baja, relieve suavemente ondulado, con pendientes menores de 12 por ciento, profundos, de textura pesada; representan la subclase IIIs por limitaciones de suelo (textura y toxicidad), se localizan en los alrededores del aeropuerto en San Lorenzo.

CUADRO 1-2
CAPACIDAD PRODUCTIVA DE LA TIERRA DE LA REGION I CLASES Y SUBCLASES (en hectáreas)

Clases

II

III

Subclases

sd

s

d

t

si

sd

st

s

sc

si

sct

Cuenca del río Esmeraldas





3 276



22 536


9 900


Cuenca del río Santiago

7 960


19 370



8 620

2 950

5 480




Cuenca del río Mira


1 295


1 126



6 516

9 378

12 600


3 996

Total subclases

7 960

1 295

19 370

1 126

3 276

8 620

9 466

37 394

12 600

9 900

3 996

Clase

IV

Subclases

sc

c

st

s

ste

si

sd

te

Cuenca del río Esmeraldas

48 375

64 980




11 430



Cuenca del río Santiago



48 400

10 300





Cuenca del río Mira

14 820


9 372


4 210


945

16 614

Total subclases

63 195

64 980

57 772

10 300

4 210

11 430

945

16 614

Clases

V

VI

Subclases

sc

ste

sc

stc

sd

te

st

Cuenca del río Esmeraldas


142 830

22 320


8 910



Cuenca del río Santiago


10 700



7720



Cuenca del río Mira

450

29 060


7 800


15 507

9 680

Total subclases

450

182 590

22320

7 800

16 630

15 507

9 680

Clases

VII

VIII

Total por cuenca

Subclases

sc

ste

te

tc

s



Cuenca del río Esmeraldas

60 570

109 100



20 130

542 780

977 147

Cuenca del río Santiago


28 410




163 140

333 050

Cuenca del río Mira


20 070

7 062

18 610


225 090

414 201

Total subclases

60 570

157 590

7 062

18 610

20 130

941 010

1 724 398

NOTA: no se incluyen las áreas que no tienen información cartográfica, ya que no han sido estudiadas.

Factores de clasificación de las clases y subclases de suelos:

s: suelo (poca profundidad, textura muy pesada o muy ligera, pedregosidad, gravas y problemas de aluminio).

d: drenaje (impedido, deficiente o nivel freático alto).

t: topografía con pendiente acentuadas a muy acentuadas.

i: inundación (por efecto de mareas o corrientes fluviales).

c: clima (árido, muy húmedo, muy frío, nublado, con heladas).

e: erosión (eólica, hídrica).

c. Clase IV

Ubicada al norte y parte central de la cuenca; otras tierras se localizan en el sector sudoccidental en las inmediaciones del río Cayapas y el Onzole. Son suelos francos a arcillosos, profundos, de baja fertilidad, con contenido medio de aluminio; fueron cartografiadas la subclase IVst, de textura franca a arcillo-limosa, pendiente de 12 a 40 por ciento, y la subclase IVs, de textura pesada (archillosos), algo compactos, con presencia de hidromorfía y pendientes entre 5 y 25 por ciento.

d. Clase VI

Se ubica en dos grandes sectores de la cuenca; al noroeste e inmediatamente después de las playas costeras y en una pequeña franja en la parte central de la cuenca.

Dentro de la clase se cartografiaron dos subclases que se ubican en posiciones fisiográficas diferentes; áreas con suelos arenosos influenciados por una capa freática salina fluctuante, de relieve plano (0-5 por ciento), perfil profundo, que corresponde a la subclase VIsd; áreas con suelos poco profundos, de relieve ondulado, con pendientes entre 25 y 40 por ciento, de textura arcillosa, con hidromorfía y presencia de aluminio, fertilidad muy baja; fácilmente erosionables; corresponden a la subclase VIste.

e. Clase VII

Ocupa un pequeño sector en las partes altas del río Tululví y presentan suelos con fertilidad muy baja, topografía accidentada (40-70 por ciento), textura pesada (archillosos), sin piedras, medianamente profundos, de difícil acceso para su aprovechamiento, y expuestos a una constante erosión; se incluye en la subclase VIIste.

f. Clase VIII

Los suelos de esta clase no son de utilización agrícola y se definieron por su fuerte irregularidad en el relieve, pendiente mayor de 70 por ciento y excesivas precipitaciones en el flanco occidental de la cordillera. Su grado de accesibilidad es muy difícil y su aprovechamiento debe ser únicamente como bosque protector.

ii. Cuenca del río Esmeraldas

La cartografía de las clases se realizó tomando en consideración los factores internos del suelo, como profundidad, textura, etc., que tienen relación con el desarrollo de las plantas, además del clima, la topografía, las inundaciones y la presencia o ausencia del fenómeno erosivo de las tierras; en base a estos parámetros se definieron las clases agrológicas y dentro de ellas las subclases.

a. Clase II

Se sitúa preferentemente en el área de los valles aluviales; se caracteriza por un relieve plano susceptible de sufrir inundaciones en épocas de fuerte precipitación, aptas para el riego, de una alta productividad con empleo de prácticas sencillas de conservación; son suelos profundos, de textura ligera o pesada e inundables, condiciones que determinan su agrupamiento en la subclase IIsi.

b. Clase III

Comprende las terrazas bajas del río Esmeraldas y pequeños valles de Teaone, Atacames y Tonchigüe; los suelos son profundos, sometidos parcialmente a inundaciones periódicas, de relieve plano, textura media y pesada. Se presentan aptos para el riego con cultivos muy rentables y con prácticas de manejo intensivo. Las deficiencias del suelo (textura pesada) o inundaciones determinaron que las tierras sean clasificadas como IIIsi y IIIs por suelo.

c. Clase IV

Se sitúa en amplios sectores de los valles de Muisne y Vilsa, terrazas altas del río Blanco, Guayllabamba y Canandé, y en el sector de Quinindé. Los suelos son profundos, de relieve plano y textura pesada a media; dentro de la clase se identificaron la subclase IVsi, con deficiencias de suelo en cuanto a problemas de salinidad y de inundaciones; subclase IVc influenciadas por precipitaciones fuertes; subclase IVsc, con textura pesada y precipitación frecuente.

Las limitaciones al cultivo son apreciables; no se presentan para el riego salvo en condiciones especiales y cultivos muy rentables; se presentan aptas para cultivos perennes.

d. Clase VI

Estas tierras se sitúan preferentemente en las inmediaciones de Quinindé y Malimpia; se caracterizan por su relieve ondulado, afloramiento rocoso en la superficie; son profundas a medianamente profundas y en general están expuestas a precipitaciones excesivas. Las subclases definidas fueron VIsd, por suelo pesado y drenaje lento; subclase VIsc, de textura pesada y alta precipitación; subclase VIste, que además de las deficiencias de granulometría muestran pendientes superiores al 25 por ciento y son altamente erosionables. En general las tierras no son cultivables a no ser específicamente para bosques y pastos en los sectores relativamente más planos debido principalmente a la topografía, profundidad del perfil y pedregosidad.

e. Clase VII

Comprende aquellos suelos no cultivables, de relieve alomado y aptos solamente para fines forestales, excepcional mente para café en zonas de menor pendiente. Se sitúan en los sectores altos de Vacas Galindo, Plaza Gutiérrez, Cuellaje, Carlos Concha, Cube y Chumundé; los suelos están fuertemente erosionados, son de drenaje excesivo, perfil profundo, relieve muy accidentado y textura media. Las subclases son VIIsc por suelo clima; VIIste con limitaciones en suelo, topografía y erosión y VIIs por suelo.

f. Clase VIII

Suelos no cultivables, aptos solamente para parques nacionales y zona de vida silvestre; poseen un relieve colinado, son suelos superficiales y están fuertemente erosionados.

iii. Cuenca del río Mira

La clasificación potencial de las tierras fue realizada en base a la información existente de suelos, al mapa de pendientes y a los factores climáticos que inciden en la selección de cultivos a implantar.

a. Clase II

Comprende suelos profundos, fácilmente mecanizables, franco arenosos a limosos, relieve plano a ondulado suave y de erosión moderada; el uso apropiado es a base de trigo, fréjol, arveja, hortalizas, etc. Dentro de la clase se han identificado las subclases IIs, por deficiencias de suelos relacionadas con la textura de los horizontes, y la subclase IIt, por la topografía.

b. Clase III

Se caracteriza por su relieve fuertemente ondulado con pendientes entre 12 y 20 por ciento, de textura arenosa fina a limosa, mezclados con arena gruesa (pómez); la utilización sería con cultivos anuales bajo ciertas restricciones y medidas de conservación; la clase se divide en subclases IIIst por las deficiencias de textura gruesa y la topografía; subclase IIIs por la granulometría gruesa de sus capas; subclase IIIsc con limitaciones de suelo y clima en lo referente a luminosidad.

c. Clase IV

Las características de relieve son desfavorables en la explotación agrícola, los suelos son arenosos, mezclados con gravas, medianamente profundos, limitados en ciertos casos por la cangahua; el uso más adecuado sería con pasturas; sin embargo podrían establecerse cultivos anuales densos en áreas de menor pendiente tomando en consideración medidas conservacionistas.

Las subclases definidas son IVste por la poca profundidad del perfil y la presencia de gravas, topografía bastante irregular y la erosión que presentan las tierras; subclases IVst, definida por su textura arenosa y fuerte topografía; subclase IVte, al igual que las anteriores o relieve irregular y bastante erosionadas; subclase IVsd con suelos de textura fina que impiden un drenaje adecuado dentro del perfil; subclase IVsc, con textura gruesa y poca luminosidad en el ambiente, que impedirían el desarrollo normal de los cultivos; la subclase IVstc, que además del suelo y el clima tiene como factor limitante la topografía.

d. Clase V

El relieve de las tierras es plano o ligeramente ondulado, con pendientes menores de 12 por ciento. Son suelos profundos, de textura arenosa fina, con gran cantidad de grava y piedras; el uso agrícola es restringido, limitándose a la explotación de frutales y pastos. Las prácticas culturales serían la recolección de piedras de la superficie del suelo, dotación de riego y fertilización. Todas las tierras se incluyen en la subclase Vsc, por suelo y clima, definidas por la excesiva sequía.

e. Clase VI

Constituye áreas de pendientes del 20 al 40 por ciento, relieve colinado, que las definen como altamente susceptibles a la erosión. El uso que debería darse a las tierras es con la implantación de bosques y pastos con rectricciones; las subclases son: VIste, por su textura arenosa y presencia de cangahua a poca profundidad, además de piedras y gravas; topografía colinada y fuerte erosión; subclase VIstc por los suelos de textura gruesa con gravas, relieve colinado y luminosidad restringida; subclase VIte, con deficiencias de topografía y fuerte erosión; la subclase VIst, por suelos de textura mediana e influenciados por su topografía, pero en la actualidad no tienen problemas mayores de erosión. Finalmente, la subclase VIst, con limitaciones de suelo y topografía.

f. Clase VII

Se caracteriza por un relieve fuertemente socavado, con pendientes que varían entre 40 y 70 por ciento, susceptibles a la erosión; el uso potencial sería a base de pastos o para la explotación forestal. Se identifican las subclases VIIste, por los suelos superficiales limitados por cangahua, topografía accidentada y fuertemente erosionados; subclase VIIte, caracterizada por un relieve socavado y problemas de erosión; subclase VIItc, definida por el limitante topografía y el clima, derivado de la poca luminosidad y presencia de heladas.

g. Clase VIII

En esta clase se incluyen todos aquellos sectores de relieve montañoso con pendientes superiores al 70 por ciento y que corresponden a las tierras misceláneas; son suelos superficiales expuestos a una fuerte erosión, o de relieve plano cuyo limitante principal es el clima, ya que la temperatura es menor de 10°C. La profundidad es de 0.50 m debido a que están ubicados en los páramos.

1.3.5 Características y potencialidades de los recursos hídricos

i. Red Hidrográfica

La red hidrográfica del área de estudio está constituida por tres unidades hidrográficas mayores que son independientes: la cuenca del Esmeraldas, la cuenca del Santiago y la cuenca del Mira.

a. Cuenca del río Esmeraldas

El sistema hidrográfico de la cuenca se concentra en tres grandes cursos fluviales: los ríos Guayllabamba, Blanco y Quinindé, que son los que dan origen al río Esmeraldas.

La subcuenca del río Guayllabamba desagua toda la zona interandina; también drena una parte de las vertientes occidentales de la cordillera a través de sus afluentes, el río Intag, cuya área de drenaje es de 891 kilómetros cuadrados (pertenece a la Región I) y del río Alambí.

La subcuenca del río Blanco es de segundo orden y tiene su origen en los flancos occidentales de la cordillera occidental, entre el Atacazo y el Pichincha. Sólo 1 472 km2 de la cuenca pertenecen a la Región I desde Puerto Quito, aguas abajo hasta la confluencia con el Guayllabamba.

El río Quinindé es el afluente más importante del tramo inferior del río Blanco: su cuenca, de forma trapezoidal, abarca un área de 4 025 km2, de los cuales sólo 734 km2 integran la Región I; la longitud de su cauce llega a 198 km2 medida desde su nacimiento en las montañas de Convento, hasta la población de Quinindé.

El río Esmeraldas propiamente dicho se forma con la unión de los ríos Guayllabamba y Blanco; discurre en dirección noroeste en una longitud de 87 km y drena un área de 2 000 km2. La pendiente del cauce es de 0.8 por ciento.

b. Cuenca del río Santiago

El río Santiago propiamente dicho se forma de la unión de los ríos Lachas y Rumiyacu, los cuales nacen en el nudo de Piñán y se precipitan con gran pendiente en dirección general norte-noroeste desde este punto hasta la población de Rocafuerte, sin recibir ningún afluente de importancia. A la altura de la citada población el río ha alcanzado prácticamente el nivel del mar, por lo que se presenta un quiebre de pendiente que se traduce en la deposición del material transportado con la consiguiente formación de islas o islotes. En el tramo entre la población de Maldonado y la localidad de Concepción el río recibe por su margen derecha los ríos Güembi y Bogotá.

A partir de Concepción el río tuerce en dirección oeste y recorre aproximadamente 20 km, al final de los cuales, por la margen izquierda, le entrega sus aguas al río Cayapas, que es su principal afluente.

El río Cayapas se forma por la unión de los ríos Hoja Blanca y bravo Grande. Desarrolla su curso con pendiente suave en dirección general norte; a los pocos kilómetros encuentra por su margen derecha al río San Miguel, el cual tiene pendiente baja. A la altura de la población de Zapallo Grande recibe un estero de importancia conocido con el nombre de Zapallo; 12 km aguas abajo, a la altura de la población de Atahualpa, recibe por la margen izquierda al estero Camarones.

Aguas abajo continúa discurriendo con velocidad muy baja por unos 40 km, punto en donde recibe su principal afluente, el río Onzole, que drena toda el área occidental de la cuenca. Cerca de 25 km aguas abajo de esa confluencia el río Cayapas entrega sus aguas al río Santiago, a la altura de la población de Borbón.

c. Cuenca del río Mira

La cuenca del río Mira constituye la esquina noroeste del Ecuador. El área de la cuenca incluida en Ecuador es de aproximadamente 7 100 km2, de los cuales el 59 por ciento participa de las características más o menos comunes de la parte septentrional de la estructura andina ecuatoriana; el 41 por ciento restante forma parte de las vertientes occidentales.

El principal afluente de la cuenca del Mira es el río Chota, que corre en dirección este-oeste y al cual convergen por el sur los ríos Mataquí al este y el Ambi al oeste. El Mataquí posee una cuenca muy accidentada, lo que hace que sean áreas con poco desarrollo. El río Ambi forma un gigantesco arco que rodea por el oeste al cerro Imbabura. Por el norte afluyen al río Chota los ríos Apaqui y El Angel. El primero de éstos cubre la esquina nororiental de la cuenca; corre en dirección general sudoeste disectando una planicie ondulada que se corta exactamente en el extremo sur. El río Angel, que ocupa el extremo noroccidental de la zona interandina tiene una cuenca alargada y muy accidentada formada por una sucesión de cuchillas y profundos cañones.

Al salir de la zona interandina el río Mira traza un arco que se inicia con dirección norte formando un cañón amplio, al cual confluyen en forma más o menos ortogonal una serie de corrientes.

A partir del mencionado punto el cauce tuerce en dirección general norte y avanza paralelo a la serranía que los separa del río Mataje. Por su margen derecha el río Mira recibe los aportes de diversos cauces de las vertientes occidentales, de los cuales el más importante es el río San Juan, que sirve de límite con Colombia. En el punto denominado La Unión, en donde el río San Juan cae al río Mira, éste cruza y se interna en territorio colombiano después de haber recorrido un total de 1 400 km por territorio ecuatoriano, desde los páramos de Pimampiro en la cordillera Real.

ii. Características meteorológicas

La situación geográfica del país en la faja ecuatorial, su amplia costa en el océano Pacífico y las características del relieve andino son los grandes factores que definen su clima.

Por su ubicación en el Ecuador terrestre, los desplazamientos de la zona de convergencia intertropical agregados a la influencia de las corrientes marinas de Humboldt y del Niño determinan los períodos secos y lluviosos dentro del territorio. Otra consecuencia de esta ubicación es que la temperatura media mensual a lo largo del año sea relativamente constante.

La cordillera Andina, por otra parte, limita las influencias del océano Pacífico y de la llanura Amazónica, creando una variación en el régimen de lluvias en amplias zonas del territorio. Así mismo, las grandes diferencias de altitud dividen al territorio en zonas de temperatura diferente, "pisos térmicos" que condicionan la existencia de varios tipos de clima en el área andina del territorio. Cómo consecuencia de los antecedentes expuestos, las depresiones interandinas, sujetas a la influencia conjunta del régimen costero y amazónico, modificado por el relieve, presentan una gran variedad de microclimas.

La región participa del territorio costero y andino del norte ecuatoriano. El área costera se caracteriza por tener un clima cálido húmedo, donde se registran las mayores precipitaciones anuales de la costa ecuatoriana. La sierra exhibe variaciones acentuadas. En las partes más altas de la cordillera existen áreas frías y relativamente húmedas, donde las precipitaciones son poco intensas pero persistentes. En el valle del río Chota el área encañonada tiene un clima que varía de muy seco a seco, con áreas en las que se han registrado precipitaciones anuales inferiores a los 300 mm y temperaturas medias del orden de 18°C.

a. Régimen pluvial

Para la definición del comportamiento de las precipitaciones en la región se cuenta con 60 estaciones de registro. De estas 60 estaciones, 18 se encuentran ubicadas en el área plana costera, y 42 en el área montañosa andina.

La densidad media aparente de estaciones en el área costera (540 km2 por estación) está dentro de las recomendaciones de la Organización Meteorológica Mundial. No ocurre lo mismo en la región montañosa, donde la densidad media aparente (360 km2 por estación) es inferior. Sin embargo, el problema principal radica en la distribución de las estaciones dentro de la región que deja extensas áreas con información deficiente.

Por otra parte, la longitud media de los registros de la mayoría de estaciones del país es de 15 años. En la región sólo dos estaciones (San Lorenzo 29 años y Esmeraldas 35 años) cuentan con períodos más extensos de observación. Esto ha motivado que se seleccione un lapso de 14 años de estadística para los estudios, el mismo que abarca los registros comprendidos entre 1964 y 1977.

Los análisis efectuados permiten suponer que el comportamiento de las lluvias es homogéneo en toda la región; sin embargo existen zonas en las que se presenta una sequía acentuada, por lo que resulta conveniente considerar una disminución del 5 por ciento en las disponibilidades de agua de la Región, para análisis futuros, en relación con las disponibilidades existentes durante el período 1964-1977.

El mapa de isoyetas preparado con los promedios anuales de los 14 años del lapso elegido revela que en la zona interandina existe bastante relación entre la magnitud de las precipitaciones y el relieve, con precipitaciones escasas (inferiores a 400 mm) en la zona baja del valle, las que van aumentando paulatinamente hacia las partes más elevadas de las cordilleras, donde la precipitación oscila entre 1 200 y 1 400 milímetros anuales (ver mapa 1-4).

MAPA 1-4. ISOYETAS ANUALES

En el área costera se presenta un núcleo alargado de elevada precipitación (4 000 mm) ubicado en el área central de la cuenca del río Cayapas, que se extiende más allá de los límites con Colombia. Hacia el occidente de este núcleo las precipitaciones descienden gradualmente hasta llegar a las vecindades de la ciudad de Esmeraldas a valores inferiores a los 1 000 mm. Hacia el este, la precipitación disminuye en función de la altura de la cordillera hasta llegar a valores que oscilan entre 1 200 y 4 000 mm en el área de las cumbres andinas.

En la región se destacan dos zonas secas: la primera ubicada en el centro del valle interandino y la segunda ubicada en el área costera, vecina a la ciudad de Esmeraldas.

Interesa el conocimiento de la variación cronológica del fenómeno dentro del año, ya que ésta condiciona las posibilidades de explotación agrícola y por otra parte determina la existencia de estiajes que acarrean problemas de abastecimiento en los diversos usos.

Los análisis demuestran que, salvo para Tulcán, que presenta un comportamiento relativamente anómalo, el año hidrológico coincide con el comienzo de la época húmeda, el mismo que se sitúa entre septiembre en la estación del Observatorio de Quito, y diciembre para las estaciones bajas del litoral.

Es importante dar relieve al hecho de que las estaciones de la hoya interandina exhiben un comportamiento rural bimodal, que sugiere la interacción de dos mecanismos hidrológicos desfasados, uno en fase con el litoral, que comenzaría en diciembre y tendría su máximo en el primer cuatrimestre del año, y otro originado en un efecto secundario de las influencias trasandinas orientales. En el área oriental de la zona interandina, la influencia del oriente se hace más patente en la distribución de las lluvias. Es preciso considerar este doble mecanismo de la Hoya Interandina para la previsión de caudales en los diferentes sectores del área.

b. Temperatura

Los valores más altos de la media anual de la temperatura en la Región se registran en el área costera norte, con los valores comprendidos entre 25°C y 26°C. A partir de la costa, y hacia el interior, la temperatura desciende a valores de 20°C al pie de los faldeos andinos. A partir de éstos, y como consecuencia del relieve de la cordillera, el gradiente de descenso es más fuerte, hasta llegar a valores inferiores a 6°C en amplias regiones de las partes altas de la cordillera. En los valles interandinos los valores medios anuales oscilan entre 10°C y 18°C. Estas amplias variaciones son consecuencia del relieve, que divide a la región en varios "pisos térmicos" determinando que en la zona interandina exista una zona de condiciones favorables para la producción de papas, hortalizas y cereales, mientras que en la costa se presentan zonas aptas para cultivos tropicales posibles de exportación (palma, cacao, arroz, banano).

La casi totalidad de las grandes existencias de madera se encuentra en un clima de temperatura superior a los 18°C.

En la Región I pueden diferenciarse 10 zonas climáticas de acuerdo con la clasificación según Thornthwaite (ver mapa 1-5).

MAPA 1-5. CLASIFICACION CLIMATICA THORNTHWAITE

c. Evaporación

El poder evaporante de la atmósfera está determinado por el efecto combinado de varios factores meteorológicos; entre ellos, los más importantes son la humedad relativa, la temperatura, y la fuerza del viento. Este fenómeno meteorológico es decididamente importante para el estudio de los recursos hidráulicos por la gran influencia que tiene en la demanda de agua, especialmente para la agricultura.

Para la evaluación del poder evaporante de la atmósfera se seleccionó la fórmula de Christiansen-Yépez por la estrecha correlación de sus resultados con datos observados de evaporación registrada en evaporímetros piche y tanque WB.

Con los resultados obtenidos se preparó un mapa de isolíneas anuales de evapotranspiración, según el cual la mayor evapotranspiración se presenta en dos sectores de la Región. El primero de éstos se ubica en el área costera vecina a la ciudad de Esmeraldas, que está comprendida entre las poblaciones de Rioverde y Muisne en la costa, y Viche en el interior. El segundo sector ocupa la parte central y baja del valle interandino. En ambos sectores, la evapotranspiración potencial alcanza valores superiores a los 1 000 mm anuales, creando necesidades de riego para la agricultura.

d. Déficit de agua

A partir de los valores mensuales de lluvia y evapotranspiración potencial se han trazado mapas de isolíneas de déficit y de número de meses de déficit y se ha determinado que en la región existen dos zonas de marcado déficit: una de ellas ubicada en la parte central baja del valle interandino y la otra ubicada en la costa, en las vecindades de Esmeraldas (ver mapa 1-6).

MAPA 1-6. ISOLINEAS DE DEFICIT

En la zona interandina, la mayor escasez de agua abarca una amplia zona del valle central, con un déficit superior a los 200 mm. Este se concentra en tres meses del año: julio, agosto y septiembre. Conforme se avanza desde el área central del valle hacia las faldas de la cordillera, el déficit disminuye y el número de meses con falta de agua también decrece.

En la faja costera adyacente al mar, e inmediatamente vecina a la ciudad de Esmeraldas, el déficit anual es de 400 mm. El déficit decrece conforme se avanza hacia el interior, hasta llegar a una zona con franco exceso de agua, que abarca parte del área costera y de vertientes noroccidentales de la región.

En esta zona el déficit se distribuye en cinco meses. Esto obedece a la diferente distribución anual de las lluvias, ya que en la costa no se presenta el período lluvioso de los últimos meses del año.

En estas áreas es donde se presentan necesidades reales de riego y donde sería conveniente instalar dispositivos que permitan evaluar con más precisión los requerimientos de agua de uso consuntivo vegetal.

iii. Características hidrológicas

Para la definición del régimen de los ríos, las cuencas involucradas en la Región I cuentan con 40 estaciones hidrométricas, de las cuales 24 se encuentran dentro de la Región, distribuidas según se indica en el cuadro 1-3.

CUADRO 1-3
NUMERO DE ESTACIONES HIDROMETRICAS EN LAS CUENCAS DE LA REGION I

Cuenca

Total de estaciones

Estación en la Región

Río Santiago

0

0

Río Mira

11

11

Río Patía

03

03

Río Esmeraldas

26

10

Total

40

24

Fuente: Anuarios Hidrológicos del INAMHI.
Elaboración: INERHI-OEA.

De estas estaciones, ocho han sido instaladas a partir de 1973, seis de ellas en la Región.

En el cuadro antes mencionado se observa que la cobertura en las cuatro unidades hidrográficas es muy variable, incluyendo la ausencia total de estaciones en la cuenca del río Santiago. Por otra parte, un análisis de la repartición de las estaciones dentro de las cuencas de los ríos Mira y Esmeraldas revela que la mayor concentración se encuentra en la región interandina y en las vertientes occidentales.

La influencia de las características meteorológicas determinan la existencia de tres regímenes de comportamiento de los escurrimientos de los ríos de la Región.

- Régimen oriental

En una amplia zona de la región interandina se juntan las influencias que llegan del oriente amazónico con las que vienen de la costa, dando lugar a ríos que tienen un régimen compuesto en los que predominan una u otra influencia. En algunos ríos, los escurrimientos se distribuyen de acuerdo con el ciclo de lluvias del oriente, presentando caudales de valores medios mensuales máximo entre los meses de julio y agosto. De los ríos con registros disponibles en las cuencas de los ríos Mira y Esmeraldas, los que siguen este régimen son el río Apaquí, el río Guachalá y el río Pita. Es de suponer que con ciertas excepciones, los ríos con igual situación geográfica tengan igual comportamiento.

- Régimen interandino

En la gran mayoría de los ríos de la zona interandina se manifiesta un régimen ligeramente bimodal con dos períodos lluviosos. El primero de ellos tiene lugar a comienzos del año calendario y el segundo entre los meses de octubre y noviembre. Representativo de este tipo de ríos son los registros del río Ambí y del río Mira.

En la zona de vertientes occidentales las curvas de distribución de caudales se aproximan más a la distribución que tienen los ríos de la costa. Representativo de este tipo de ríos son las curvas de variaciones de los ríos Intag y Pilatón, pertenecientes a la cuenca del río Esmeraldas.

- Régimen de la costa

En el área litoral, la ausencia de estaciones hidrométricas en la región impide conocer la distribución anual de los caudales; sin embargo, es de suponer que estos se distribuyen de acuerdo con las precipitaciones, como ocurre con los ríos costeros de cuencas ubicadas más al sur. En esta área el patrón típico es la presencia de caudales durante el primer semestre del año, y caudales bajos durante el segundo semestre.

Esta reseña orienta en lo que respecta a la selección de características de los ríos para una posible utilización. Así, pese a que existen amplias regiones con ausencia de registros, el esquema esbozado y los datos disponibles permiten pronosticar en términos generales el comportamiento de ciertos ríos, como el río Caldera o Mataquí, que por su ubicación geográfica debe tener un régimen similar al del río Apaquí, que aporta mayor cantidad de agua en las zonas centrales del vallé en las épocas secas.

En la zona interandina es donde los ríos son menos caudalosos y permanentes, creando problemas de escasez para el riego y aun para el abastecimiento humano. Allí es precisamente donde la población está más concentrada y donde hay más áreas secas que demandan riego.

En la zona de vertientes occidentales los ríos son más caudalosos y permanentes y la población es menor; allí, los terrenos no son aptos para la agricultura, y si bien en esta zona puede existir una relativa escasez estacionaria, es la más apta para los aprovechamientos hidroeléctricos, que demandan mayores caudales para riego y abastecimiento humano.

iv. Potencialidades y limitantes de los recursos hídricos

El balance, entre disponibilidades y requerimientos de agua anuales es positivo para la Región en su conjunto y también para cada una de las subregiones, lo que significa que los recursos de agua serían suficientes para satisfacer las necesidades siempre que la ubicación y el período en que esos recursos estén disponibles fueran adecuados a los requerimientos. 1

1/ Para un mayor detalle consultar "Planificación para el desarrollo de la Región I, publicación No. 21 "Recursos hídricos, estrategia y proyectos para el uso del agua en la Región I y publicación No. 49, Plan de recursos hídricos (elementos básicos, Carchi, Imbabura, Esmeraldas). INERHI-CONADE-OEA.

En las subregiones Esmeraldas y Santiago-Cayapas, la abundancia del recurso ha determinado que las actividades en medición, conocimiento y aprovechamiento del recurso hayan tenido poco desarrollo.

El déficit hídrico se produce únicamente en la zona costera aledaña a la ciudad de Esmeraldas y en parte del cantón Muisne; la evaporación es superior a la precipitación durante 5 meses, en los cuales la mayor parte de los riachuelos v quebradas se secan con el consiguiente problema incluso para el ganado, que queda sin agua para beber. Esta situación, sin embargo, no ha producido aún interés entre los particulares para solicitar concesiones de uso de agua con fines agropecuarios ni para ejecutar obras que permitan aprovechar mejor el agua disponible en ese período.

Sólo en la subcuenca del río Teaone, afluente del Esmeraldas, pueden presentarse conflictos de competencia por el agua entre la industria y las actividades agrícolas, debido a que se han otorgado concesiones industriales de importancia, y el valle tiene un rico potencial agrícola por la buena calidad de sus suelos.

En estas dos subregiones, las necesidades de agua potable en general son satisfechas con agua subterránea, cuya disponibilidad, aunque no ha sido reconocida en forma sistemática, es suficiente para el abastecimiento doméstico.

En la subregión Santiago-Cayapas, la gran abundancia de agua hace que ciertas regiones permanezcan gran parte del año inundadas, y la precipitación que cae en la vertiente occidental de la cordillera representa un potencial de generación hidroeléctrica de interés.

En la subregión Andina, aunque el balance entre disponibilidades y requerimientos anuales de agua es positivo, existen algunas subcuencas en que la diferencia es menor que el margen de posibilidades de utilización efectiva del recurso. En cambio, el balance mensual en el período de estiaje es deficitario en la mayor parte de esta subregión, lo que indica que la producción agrícola en su mayor parte depende de las posibilidades de riego.

En esta subregión se hace uso intensivo de los recursos de agua y existe una extensa red de canales para la conducción y distribución del agua de los ríos. Sin embargo es notoria la escasez de agua en los ríos en algunos meses debido a que los escurrimientos siguen muy estrechamente las variaciones de las precipitaciones, ya que las cuencas son relativamente pequeñas y no existe regulación natural por glaciares o grandes lagos.

En la subcuenca del río Ambi, donde se ubica la mayor parte de la superficie regada y de la población de la subregión Andina, la situación se ve agravada porque el régimen de lluvias en las vertientes de la cuenca es similar al del valle, y por lo tanto los máximos requerimientos de agua coinciden con las mínimas disponibilidades en las fuentes.

En la subcuenca del río Chota, por el contrario, las nacientes de los ríos se encuentran en la cordillera oriental, que tiene un régimen de lluvias similar al de la amazonía, cuyas máximas precipitaciones se producen entre junio y septiembre, cuando son máximos también los requerimientos en el valle.

Las subcuencas del curso medio del río Mira son fuertemente deficitarias en estiaje y son las que menos recursos de agua tienen en relación con su superficie.

La calidad de las aguas en toda la Región no es limitante para los usos comunes. Sólo en la subregión Andina aparecen condiciones de alta salinidad en algunas vertientes termales y exceso de boro en aguas provenientes del volcán Cotacachi, pero el caudal que esas fuentes representan no tienen significación dentro del total de recursos de la subregión.

Parte de las aguas usadas en el abastecimiento doméstico, en especial las subterráneas, presentan ciertos problemas por corrosión y exceso de hierro y manganeso.

En la región no se observan problemas importantes de contaminación de cursos de agua, salvo casos puntuales de descargas de sistemas de alcantarillado, a pesar de que no existe instalación alguna para el tratamiento de las aguas servidas.

La administración del agua se encuentra en estado incipiente y casi no existen directorios de agua organizados entre los usuarios de la Región.

- Utilización para riego

· Superficies bajo riego y otras aptas para ser regadas

De acuerdo con la información existente, que no es en ningún caso exacta y sólo debe tomarse como indicativa, actualmente se encuentra bajo canales de riego un total de 32 542 hectáreas en toda la subregión. En este total se han considerado todas aquellas áreas que tienen alguna infraestructura de riego o topográficamente pueden ser regadas por la actual red de canales, sin discriminar sobre la dotación de aguas a que tienen derecho.

Esta cifra total se descompone en 19 635 hectáreas en la subcuenca del no Ambi; 10 437 en la subcuenca del Chota y 2 470 hectáreas en las subcuencas afluentes al curso medio del río Mira.

Las áreas consideradas para ser regadas son las que acusan períodos con déficit hídricos y cuyos suelos se clasifican dentro de las clases I a IV y que tienen ubicación relativa, extensión y relieve adecuado.

En la subregión Andina la superficie regable total es de 45 150 hectáreas, de las cuales 25 000 se ubican en la subcuenca del río Ambi; 17 550 en la subcuenca del Chota y las otras 2 600 en las subcuencas afluentes al curso medio del río Mira. En la subregión Esmeraldas la superficie regable total es de 8 500 hectáreas, de las cuales 5 300 se ubican en la cuenca del río Esmeraldas y las 3 200 restantes en las cuencas costeras.

En la subregión Santiago-Cayapas no existen áreas que necesiten riego. En el cuadro 1-4 se resumen las áreas actualmente bajo canal y las aptas para ser regadas, según la subcuenca o el sector en que se ubican (ver mapa 1-7).

· Disponibilidades de agua

El volumen medio anual escurrido en cada subcuenca se evaluó tomando como base la información fluviométrica disponible y la estadística de pluviometría para el presente proyecto, con lo cual se elaboró un mapa de escorrentía.

Cada subcuenca se dividió a su vez en afluentes o sectores, atendiendo a las posibilidades de aprovechamiento o a la red actual de canales.

En el cuadro 1-5 se resumen las disponibilidades de agua, tanto en volumen anual como en gasto medio mensual en el período de estiaje.

· Balances entre disponibilidades y requerimientos de agua

De acuerdo con los balances efectuados de las áreas actualmente bajo canal, sólo los sectores denominados río Itambi y río Blanco, de la subcuenca del río Ambi, y los denominados ríos Escudillos, Caldera, Chota, Guasmal y Minas y San Gabriel, de la subcuenca del río Chota, tendrían actualmente disponibilidades suficientes de agua.

Los sectores de río Jatunyacu, río Ambi y afluentes izquierda y derecha del río Ambi en la subcuenca de este mismo río, y los denominados afluentes izquierda del río Chota y río El Angel, en la subcuenca del río Chota, la subcuenca del Santiaguillo y la del Palacara, son los sectores que en la actualidad tienen mayores problemas de abastecimiento de agua.

Si se considera la totalidad de los suelos para ser regados, sólo habría disponibilidades, sin recurrir a obras de regulación, para regar la totalidad de la superficie apta de los sectores del río Itambi y río Blanco, de la subcuenca del río Ambi; los del río Escudillas, río Caldera, río Chota y río Guasmal y Minas, de la subcuenca del río Chota y los sectores ubicados en el valle principal del río Esmeraldas.

· Potencialidad y limitaciones para riego

Considerando las áreas que actualmente están bajo canal, se pueden regar satisfactoriamente en la actualidad 984 hectáreas en la subcuenca del río Ambi; 8 834 hectáreas en la subcuenca del río Chota; 310 en la subcuenca del Santiaguillo y 380 en la subcuenca del Palacara.

En iguales condiciones, esto es sin construir ninguna obra de regulación, se podrían regar 10 300 hectáreas en la subcuenca del río Ambi; 10 460 en la subcuenca del río Chota; 310 en la subcuenca del río Santiaguillo; 380 en la subcuenca del Palacara; 3500 en el valle del Esmeraldas; 520 en la subcuenca del Teaone, 170 en la cuenca del Atacames, y 40 en la cuenca del Tonchigüe; esto da un total de 21 450 hectáreas en la subregión Andina y 4 230 en la subregión Esmeraldas. Es de hacer notar que ésta sería la potencialidad sin construir obras de regulación ni de trasvase de aguas de cuencas vecinas.

CUADRO 1-4
AREAS ACTUALMENTE BAJO CANAL Y AREAS APTAS PARA SER REGADAS


Areas bajo canal

Areas aptas para ser regadas

ha

ha

1.

Subregión Andina

Subcuenca río Ambi

32 542

45 150

Sectores



Río Itambi

445

700

Río Jatunyacu

3 210

3 200

Río Tejar

603

800

Río Blanco

426

600

Río Ambi

4 245

4 200

Afluentes izquierda



Río Ambi

5 207

10 000

Río Chorlaví

1 933

1 900

Río Tahuando Alto

2 671

2 700

Río Tahuando Bajo

600

600

Afluentes derecha



Río Ambi

295

300

Subcuenca río Chota

10 435

17 550

Sectores:



Río Pisco y Mataquí

867

2 500

Río Escudillas

875

900

Río Caldera

1 668

1 700

Afluentes izquierda



Río Chota

696

600

Río Chota

211

250

Río Guasmal y Minas

3 100

3 100

Río San Gabriel

330

2 000

Río El Angel

2 690

6 500

Subcuenca



Río Santiaguillo

1 180

1 200

Subcuenca



Río Palacara

1 290

1 400

2.

Subregión Esmeraldas

Cuenca



Río Esmeraldas


5 300

Sectores:



Río Esmeraldas


3 500

Río Teaone


1 800

Cuenca río Atacames


2 300

Cuenca río Tonchigüe


900

En el cuadro 1-6 se detallan las superficies posibles de regar en cada sector.

Del análisis de los cuadros anteriores se desprende que existirían fuertes limitantes para el desarrollo de la superficie apta para ser regada en los siguientes sectores: afluentes de la izquierda y derecha al río Ambi, en la subcuenca del Ambi; ríos Pisco y Mataquí, afluentes a la izquierda del río Chota y río El Angel, en la subcuenca del Chota, subcuenca Santiaguillo, y subcuenca Palacara.

De los anteriores, las limitaciones mayores corresponden a las subcuencas de los ríos Santiaguillo y Palacara, hacia donde existe un mayor desarrollo del regadío.

· Utilización para generación de energía

Todos los aprovechamientos hidroeléctricos de la Región están ubicados en la subregión Andina y la mayor parte de ellos en la subcuenca del río Ambi, que es también en donde existe un mayor desarrollo del regadío.

La potencia total instalada y próxima a ser instalada en la subregión Andina es de 12 344 kw, de los cuales 8 000 corresponden a la central Ambi. La capacidad neta real sería de 9 140 kw debido a deficiencias en algunas centrales.

El caudal total requerido para el funcionamiento de esas centrales es de 14.7 m3/s, caudal que no es posible captar durante el período de estiaje.

Las centrales que aprovechan aguas del río Ambi o de sus afluentes, en especial del río Blanco, van ocupando en parte el mismo caudal, de modo que deben ser analizadas separadamente.

Las centrales Cotacachi y Otavalo 1 y 2 ocupan sucesivamente las aguas del río Blanco; el caudal máximo requerido por estas centrales es de 2 m3/s, y el río Blanco en el período de estiaje tiene un caudal medio de 1.2 m3/s, de modo que durante el período de estiaje, que corresponde a la época de riego, se producirá una seria competencia por el uso del agua si se desarrolla la totalidad de la superficie apta para ser regada en este sector.

La central Ambi necesita captar un caudal de 5.8 m3/s y el gasto medio del río Ambi en ese sector en el estiaje es de 2.0 m3/s. Aunque los regadíos ubicados aguas abajo, en especial el Distrito Salinas, pueden ocupar el agua después de pasar por la central Ambi, se establece una competencia debido a que la central no puede embalsar agua algunas horas y generar más en las horas de máxima demanda, que son las nocturnas, y en cambio para el riego las horas más útiles son las del día.

Las centrales ubicadas sobre el río Carchi no limitan por ahora otros aprovechamientos.

Con el actual desarrollo del riego en la subregión Andina, cualquier aprovechamiento hidroeléctrico en las subcuencas de los ríos Ambi y Chota debe ser cuidadosamente coordinado con el uso del agua para agricultura.

En el río Mira y en general en las subregiones Esmeraldas y Santiago - Cayapas los aprovechamientos hidroeléctricos tienen un amplio margen y no afectarían los requerimientos previstos para riego. Sin embargo, las posibilidades más interesantes de energía hidroeléctrica se encuentran en los ríos Mira y Lita, a la salida del Callejón Interandino, esto es, una vez que el recurso hídrico haya sido utilizado en riego y agua para los centro poblados.

MAPA 1-7. AREAS BAJO RIEGO

CUADRO 1-5
DISPONIBILIDADES DE AGUA EN LAS AREAS QUE PRESENTAN PERIODOS CON DEFICIT HIDRICO


 

Volumen medio anual disponible

Gasto medio mensual en estiaje

(Hm3)

(m3/s)

1.

Subregión Andina

Subcuenca río Ambi

542.6

9.48

Sectores:



Río Itambi

40.0

0.71

Río Jatunyacu

99.9

1.74

Río Tejar

24.6

0.43

Río Blanco

68.0

1.20

Río Ambi

147.6

2.46

Afluentes izquierda Ambi

125.7

2.22

Río Chorlaví

3.5

0.06

Río Tahuando

105.5

1.86

Afluentes derecha Ambi

1.6

0.03

Subcuenca río Chota

743.1


Sectores:



Río Pisco y Mataquí

48.2

0.84

Río Escudillas

51.9

1.51

Río Caldera

310.0

8.90

Afluentes izquierda Chota

20.2

0.36

Río Chota

730.8

14.10

Río Guasmal y Minas

179.9

5.20

Río San Gabriel

50.4

1.21

Río E I Angel

82.5

1.99

Subcuenca río Santiaguillo

38.7

0.68

Subcuenca río Palacara

48.5

0.85

2.

Subregión Esmeraldas

Cuenca río Esmeraldas

32 486.0


Sectores:



Río Esmeraldas

31 792.0

339.00

Río Teaone

694.00

0.70

Cuenca río Atacames

230.8

0.22

Cuenca río Tonchigüe

56.4

0.05

CUADRO 1-6
AREAS QUE PODRIAN REGARSE CON DOTACION APROPIADA Y SIN OBRAS DE REGULACION


 

Dentro del área actualmente bajo canal

Considerando la superficie apta para riego

(ha)

(ha)

1.

Subregión Andina

19 418

21 450

Subcuenca río Ambi

9.894

10 300

Sectores



Río Itambi

445

700

Río Jatunyacu

1 100

1 100

Río Tejar

450

460

Río Blanco

426

600

Río Ambi

1 500

1 500

Afluentes izquierda río Ambi

1 460

1 460

Río Chorlaví

1 933

1 900

Río Tahuando alto

1 960

1 960

Río Tahuando bajo

600

600

Afluentes derecha río Ambi

20

20

Subcuenca río Chota

8834

10 460

Sectores:



Río Pisco y Mataquí

670

670

Río Escudillos

875

900

Río Caldera

1 668

1 700

Afluentes izquierda río Chota

300

300

Río Chota

211

250

Río Guasmal y Minas

3100

3 100

Río San Gabriel

330

1 860

Río El Angel

1 680

1 680

Subcuenca río Santiaguillo

310

310

Subcuenca río Palacara

380

380

2.

Subregión Esmeraldas


4 230

Cuenca Esmeraldas



Sectores:



Río Esmeraldas


3 500

Río Teaone


520

Cuenca río Atacames


170

Cuenca río Tonghigüe


40

Las características de las principales posibilidades de generación de energía hidroeléctrica se muestran en el cuadro 1-7.

Se estima que en la cuenca de los ríos Santiago y Cayapas había también interesantes posibilidades de generación hidroeléctrica, pero ellas no han sido aún reconocidas y no se cuenta con ninguna información hidroeléctrica.

CUADRO 1-7
PROYECTOS HIDROELECTRICOS IDENTIFICADOS EN LAS CUENCAS DE LOS RIOS MIRA Y SANTIAGO

NOMBRE DEL PROYECTO

POTENCIA INSTALADA

COSTO ESTIMADO

COSTO KILOVATIO INSTALADO

(UBICACION) CUENCA

kw

(Miles US$)

(US$)

Santiago Lachas

164000

135406

831

Santiago

Lachas

110000

130185

938

Santiago

Lita No. 1

45500

64000

1 400

Mira

Lita No. 2

93000

93350

1 000

Mira

Mira No. 1

140000

180000

1 290

Mira

Mira No. 2

315000

282 000

900

Mira

Palacara

86000

92719

1 120

Mira

Chota

30000

62849

2000

Mira-Chota

El desarrollo hidroeléctrico del río Guayllabamba contempla proyectos de cuatro centrales y dos presas ubicadas en el tramo comprendido entre la unión de los ríos Cubi y Chirape. Se aprovecha un salto o altura bruta de caída de unos 775 metros para las cuatro centrales y un caudal medio de 52 m3/s. Estas centrales se ubicarían a unos 30 km al norte de Quito y a 45 km al occidente de Ibarra. Se ha estimado que la potencia total instalada llegaría a 890 Mw.

· Utilización de agua potable e industrias

Casi todos los servicios de agua potable de la Región hacen su captación de fuentes superficiales, y en especial de vertientes. Unicamente en la provincia de Esmeraldas el agua subterránea es la fuente principal.

Los sistemas públicos de alcantarillado son el tipo combinado, o sea que sirven para conducir tanto las excretas como las aguas de lluvia, y en ellos no se consulta dotación especial para el lavado de la red. El vertido de los afluentes se hace a los cauces naturales sin ningún tipo de tratamiento.

Los requerimientos para agua potable representan un volumen mínimo en relación con las disponibilidades de las respectivas cuencas. En el cuadro 1-8 se indican los requerimientos anuales actuales para agua potable y el volumen medio anual disponible, y como comparación el volumen anual requerido por el riego. Sé puede observar que los requerimientos para agua potable no tienen significación ante los otros usos.

CUADRO 1-8
BALANCES ANUALES POR CUENCA PARA 1980


 

Disponibilidad

Requerimientos anuales

Agua potable

Riego

hm3

hm3

Subregión Andina




Subcuenca río Ambi

542.6

5.6

254.6

Subcuenca río Chota

743.1

3.0

194.4

Subcuenca Santiaguillo y Palacara

87.2


82.0

Subregión Esmeraldas




Cuenca Esmeraldas

32 486.0

4.4

-

Cuencas Atacames y Tonchigüe

287.0

-

-

En los casos específicos de abastecimiento de algunos núcleos urbanos se pueden presentar problemas de competencia en el uso de algunas fuentes por el aspecto económico del costo de las obras y no por disponibilidad de agua.

El vertido de los afluentes de las redes de alcantarillado en los cauces naturales, si no ha sido sometido a tratamiento, comprometerá los caudales mínimos de dilución en esos cauces para preservar su calidad ecológica. Sólo se pueden presentar problemas de contaminación de alguna importancia en los ríos Tahuando, aguas abajo de la descarga de Ibarra, y en el río Tejar, aguas abajo de Otavalo, pero hasta la fecha éstos no han tenido importancia significativa en la disponibilidad del recurso.

Los usos industriales tienen muy poca importancia en la Región. Sólo en el río Teaone, afluente del Esmeraldas, las concesiones de agua para la refinería de petróleo de Esmeraldas y la central térmica de INECEL, comprometen aproximadamente el 50 por ciento del caudal medio de ese río en el período de estiaje.

· Aprovechamientos múltiples y otros usos del agua

En la Región no se han construido obras de aprovechamiento múltiple del agua. Sólo puede considerarse como tal el lago San Pablo, que además de su uso en recreación cumple también una función de regulación natural del caudal del río Jatunyacu.

En recreación se usan también, además del lago San Pablo, las lagunas de Yaguarcocha y Cuicocha. Estos usos no comprometen el aprovechamiento del recurso. Diversas fuentes termales son también aprovechadas. Este uso no tiene significación alguna sobre las disponibilidades del recurso.

En las subregiones Santiago-Cayapas y Esmeraldas tiene importancia el uso en navegación menor. Los ríos en que se practica la navegación tienen un caudal muy grande en comparación con cualquier otro posible uso del agua, de modo que no existiría competencia por el recurso. Los usos en navegación están limitados más bien por el movimiento de los sedimentos de fondo en los ríos, y en ese sentido sus posibilidades de uso están muy relacionadas con el manejo que se haga de las cuencas.

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