CIDH

Discurso del Presidente de la CIDH

Discurso del Comisionado Francisco Eguiguren, Presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en la presentación del Informe Anual 2016 ante la

Asamblea General de la OEA


Cancún, 21 de junio de 2017

 

Embajador Hugo Cayrús, Presidente del Comité de Asuntos Jurídicos y Políticos del Consejo Permanente;

Juez Eduardo Ferrer MacGregor, Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos;

Eduardo Vio Grossi, Vice Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos;

Jean-Michel Arrighi, Secretario de Asuntos Jurídicos de la OEA

Representantes Permanentes y Alternos de Estados Miembros y Observadores;

Señoras y señores, 

La organización de Estados Americanos ofrece hoy un gran mensaje al mundo.

La coyuntura global apunta a un contexto internacional complejo y desafiante para los derechos humanos. La expansión de pensamientos nacionalistas y proteccionistas y la más grave crisis humanitaria de refugiados de este siglo representan desafíos concretos para el más amplio acceso a la justicia y para el ejercicio de las libertades fundamentales de los pueblos.

Es de destacar que, en medio de estas dificultades, esta Asamblea General de la OEA tomó la decisión histórica y sin precedentes de duplicar el presupuesto de los dos órganos del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Este gesto debe ser comprendido en su integridad: no hay dudas de que se trata de un importante mensaje de nuestra región para todo el mundo.

La Organización de los Estados Americanos demuestra en la práctica que es posible, inclusive en ambiente de dificultad, producir decisiones efectivas y compatibles con la construcción de una sociedad más justa, más prospera y con más derechos para más personas.

La decisión de duplicar el presupuesto del Sistema Interamericano de Derechos Humanos es un gesto de compromiso con todas las víctimas; es un gesto de coraje en el establecimiento de sus prioridades; y es un acto de sensibilidad política que reafirma que la condición básica para todas las relaciones sociales, políticas y de integración hemisférica, pasa por el reconocimiento de los derechos humanos de todos y de cada uno.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha renovado sus esfuerzos para que los derechos humanos sigan constituyendo un compromiso común de las Américas. Después de un período en el que su funcionamiento estuvo comprometido debido a restricciones administrativas y financieras, una nueva agenda de trabajo fue inaugurada con el propósito de fortalecer los lazos y las alianzas entre todos los actores y usuarios del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, con el objetivo de evitar retrocesos e identificar las oportunidades para avanzar y estimular la efectividad de los derechos humanos.

 

Plan Estratégico

 

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos acaba de aprobar su nuevo Plan Estratégico que se enfoca en un conjunto de resultados que persiguen atender las expectativas construidas durante un largo proceso de consulta y de participación de los diferentes actores y usuarios de sus mecanismos.

 

La nueva agenda de trabajo de la Comisión prioriza, por medio del dialogo transparente y constructivo:

El mejoramiento de la eficiencia administrativa, la superación del atraso procesal y la adopción de medidas de transparencia y gestión por resultados.

La atención de expectativas históricamente diferidas como son:

el equilibrio entre los pilares de protección, monitoreo y promoción;

el equilibrio de todas sus relatorías y unidades temáticas;

la implementación de la nueva Relatoría sobre los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales;

el fortalecimiento del mecanismo de soluciones amistosas como vía preferencial de resolución de conflictos;

la ampliación de las actividades de cooperación y de promoción de los derechos humanos con miras al fortalecimiento institucional de los Estados en materia de derechos humanos y las políticas públicas con enfoque en derechos; y

así como a contribuir en la construcción de capacidades de la sociedad civil para la defensa de los derechos humanos.

Adicionalmente, la CIDH está ampliando su presencia pública en la región mediante la invitación de los Estados a realizar períodos de sesiones en sus países. Por ejemplo, en 2016 Chile y Panamá hospedaron a la Comisión; y durante 2017, la Comisión ya sesionó en Argentina y lo hará en Perú, México y Uruguay.

De la misma manera, la Comisión está estrechando su articulación y complementaridad con los demás órganos y mecanismos universales, regionales, subregionales y nacionales de protección de derechos humanos.

En tres años la Comisión podrá incorporar al Fondo Regular la integridad de los costos de sus actividades actuales.  Esta es una conquista que refuerza la autonomía e independencia de la Comisión; que amplía sus capacidades de planificación y, en consecuencia, más previsibilidad con un horizonte de estabilidad institucional y funcional. Entre tanto, la CIDH seguirá recibiendo contribuciones voluntarias para alcanzar el objetivo de cumplir su cometido de manera plena e integral.

Está claro que esta decisión contiene un carácter político de un verdadero homenaje y compromiso de los Estados de las Américas con sus pueblos y con las víctimas de violaciones de derechos humanos de nuestra región que necesitan de una justicia internacional accesible y efectiva.

En efecto, las Américas son reconocidas por constituir un territorio abierto al escrutinio internacional en materia de derechos humanos. En ese sentido, la decisión de la OEA legitima y fortalece el papel del Sistema Interamericano para seguir adelante en la protección de los derechos de aquellos que luchan contra la impunidad; de los familiares de personas asesinadas y desaparecidas; de las personas detenidas arbitrariamente, torturadas o maltratadas; de aquellos que aún sufre intimidación constante por parte de organismos que ejercen sus funciones de control de forma represiva; de aquellos que defienden la libertad de expresión y el ejercicio legítimo de protestar y luchar por nuevos derechos; de los que todavía no acceden a los derechos económicos, culturales y sociales; de los defensores y defensores de derechos humanos que trabajan en contextos extremadamente peligrosos recibiendo amenazas, ataques y muchas veces perdiendo a la vida en el ejercicio de la defensa del derecho a la tierra, de los territorios indígenas, del medio ambiente o del sistema de justicia independiente. La Comisión continuará trabajando con renovadas fuerzas en la protección de los derechos de las personas LGBTI; de los refugiados, de los migrantes, de los apátridas, de las víctimas de trata de personas; de las mujeres; de los afrodescendientes; de los niños, niñas y adolescentes; de los pueblos indígenas; de las personas mayores; de las personas con discapacidad; y de las personas privadas de libertad.

Informe Anual

En el Informe Anual 2016 de la CIDH se ofrece un panorama general sobre los avances y desafíos de la situación de los derechos humanos en la región. Se detallan las actividades de monitoreo realizadas, sus observaciones, conclusiones y recomendaciones. Se incluyen las decisiones adoptadas en el sistema de casos y peticiones individuales y en el mecanismo de medidas cautelares.  Y se relacionan las actividades de cooperación técnica y promoción de los derechos humanos llevadas a cabo durante año. Toda esta información se encuentra a disposición en nuestra página electrónica, para facilitar el más amplio acceso a todas y todos.

Ilustres representantes, señoras y señores,

Hoy, a sus 58 años de historia, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sale de esta Asamblea General robustecida para seguir cumpliendo con su mandato de observar y defender los derechos humanos en las Américas.

 En nombre de mis colegas de la Junta directiva, Comisionadas Margarette May Macaulay y Esmeralda Arosemena de Troitiño (quienes me acompañan hoy en esta sala), así como de los demás miembros, Comisionados José de Jesús Orozco, Paulo Vannuchi, James Cavallaro y Luis Ernesto Vargas, asimismo del equipo de la Secretaria Ejecutiva de la CIDH, agradezco de manera sincera el consenso alcanzado en la adopción de esta decisión histórica y sin precedentes. Quisiera agradecer a las delegaciones de los países que co patrocinaron y a los que apoyaron esta medida, en particular a México y Argentina por el liderazgo en este proceso. Quisiera también saludar a toda la comunidad regional de derechos humanos, sociedad civil, academia, funcionarios, donantes y todos los demás actores que hicieron suyo este proceso de movilización y verdadero fortalecimiento del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.