CIDH

Palabras del Presidente de la CIDH

Discurso de José de Jesús Orozco Henríquez, presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en la clausura del 149º período ordinario de sesiones.

Washington, D.C., 7 de noviembre de 2013

Excelentísimas y Excelentísimos:

Señor Presidente del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos, Emb. Walter Jorge Albán Peralta.

Señor Secretario General de la Organización de Estados Americanos, Dr. José Miguel Insulza;

Jefe de Gabinete de la Secretaría General, Emb. Hugo de Zela;

Embajadoras y Embajadores Representantes de los Estados Miembros;

Embajadoras y Embajadores Representantes de los Estados Observadores;
 
Distinguidas y distinguidos Representantes de organizaciones de la sociedad civil;

Honorables miembros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos;

Secretario Ejecutivo, Secretaria Ejecutiva Adjunta y Relatora Especial para la Libertad Expresión de la propia Comisión;

Señoras y Señores;

Es un honor dirigirme a ustedes en mi calidad de Presidente de la CIDH, en esta ceremonia de clausura de su 149º Período Ordinario de Sesiones. Me es grato contar con la compañía de mis colegas Tracy Robinson, Primera Vicepresidenta, así como de Felipe González, Dinah Shelton, Rodrigo Escobar y Rose-Marie Antoine. Quisiera hacer también mención a la Comisionada Rosa María Ortiz, Segunda Vicepresidenta, quien participó en este período se sesiones pero no ha podido asistir a esta ceremonia debido a cuestiones familiares. Nos acompañan también aquí el Secretario Ejecutivo Emilio Álvarez Icaza Longoria, la Secretaria Ejecutiva Adjunta, Elizabeth Abi-Mershed, así como la Relatora Especial para la Libertad de Expresión Catalina Botero Marino, además de integrantes del staff de nuestra Secretaría, a quienes expreso nuestro mayor reconocimiento por su gran calidad profesional y compromiso invariable hacia la institución.

Como ustedes conocen, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos celebró durante las tres semanas pasadas su 149 periodo de sesiones. Mis colegas y yo nos hemos dado a la tarea de atender 52 audiencias y hemos adoptados decisiones en relación con peticiones y casos, además de acudir a reuniones de trabajo con representantes de los Ilustres Estados de la organización y de la sociedad civil.

En relación con las audiencias, hemos escuchado de la voz de los representantes estatales y de integrantes de organizaciones defensoras de derechos humanos cuál es la situación que guardan los derechos humanos en las Américas. Hemos expresado en cada audiencia nuestras inquietudes sobre las problemáticas planteadas; preguntado y profundizado sobre cuáles consideran las mejores rutas de acción para superarlas y nos hemos enfocado también a conocer cuáles son los compromisos que los Estados están dispuestos a asumir para hacerles frente. Como resultado, la Comisión recibió información en relación con algunas barreras y obstáculos que continúan afectando día a día la dignidad de las personas, especialmente, de las más vulnerables. Sin embargo, la Comisión también reconoce y valora los avances informados y las buenas prácticas de algunos Estados americanos, las cuales son dignas de ser replicadas en nuestro continente.

En sus sesiones, la Comisión ha adoptado diversas decisiones, haciendo uso de las facultades convencionales y estatutarias que los Estados le otorgaron para la defensa y protección de los derechos humanos. Así, hemos decidido qué Estados son responsables por la violación a derechos humanos en casos específicos y qué personas están en una situación de riesgo que amerita la protección internacional a través de medidas cautelares, entre otras varias decisiones. 

En suma, con la conclusión de este período de sesiones, la Comisión logró la cifra récord anual de audiencias celebradas en su historia. Superamos en un 123% el número de audiencias que teníamos desde hace cinco años. Concluimos el año con un total de 114 audiencias, de las cuales 10 tuvieron un enfoque regional y el resto se refirieron a la situación de más de 20 países a lo largo de todo el hemisferio.

De acuerdo con la información recibida en las audiencias, persisten varios desafíos en el goce efectivo de los derechos humanos. Advertimos que, aún en democracia, la vigencia plena de los derechos humanos para todas las personas, en todos los lugares de América, dista de ser una realidad.

En este período de sesiones celebramos audiencias con contenidos novedosos y ampliamente relevantes para la región. Así, la Comisión recibió información sobre el impacto que tienen las nuevas tecnologías por parte de los Estados -como el uso de “drones”- en el goce de derechos como la vida privada. La Comisión celebró también una audiencia relacionada con el análisis de la responsabilidad internacional que podrían tener los Estados de los cuales son nacionales las industrias extractivas que operan en países del extranjero y causan afectaciones a los derechos de las personas. La Comisión también recibió información sobre las restricciones directas e indirectas al ejercicio legítimo del derecho a la libertad de expresión, sobre la vigilancia a las comunicaciones y actividades de inteligencia y su impacto en el derecho a la vida privada.  Además, la Comisión celebró una audiencia en la cual tuvo conocimiento del impacto que tiene el crecimiento económico y la situación de pobreza en los nuevos fenómenos de migración sur-sur en nuestro continente y en los derechos de tales personas.

Asimismo, la Comisión ratificó su compromiso con las personas con discapacidad en América y realizó por primera vez una audiencia con interpretación simultánea a lenguaje de señas, en la cual también se contó con visualización en pantalla de textos de fácil lectura, para personas con discapacidad intelectual. Estamos convencidos de que es un deber prioritario hacer accesibles las audiencias para todas las personas, por lo que esperamos conseguir recursos financieros para estar en aptitud de convertir este ejercicio en una práctica institucional.

Igualmente, contamos en las audiencias con la presencia de cuatro instancias de la Organización de Naciones Unidas: el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, el Relator Especial de Naciones Unidas para la Libertad de Expresión, el Relator Especial de Naciones Unidas contra la Tortura y otros tratos crueles inhumanos y degradantes, así como del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia. La presencia de las anteriores instancias fortalece la sinergia en el trabajo de la Comisión Interamericana y Naciones Unidas como cuerpos de protección internacional de los derechos humanos.

En relación con los desafíos pendientes, la Comisión observó de forma transversal que el trabajo de defensa y promoción de los derechos humanos, tan vital para la construcción y consolidación de toda sociedad democrática, ha sido sensiblemente obstaculizada en algunos Estados. Defensoras y Defensores son sujetos de asesinatos, agresiones, amenazas y actos de hostigamiento, así como señalamientos por parte de altas autoridades con el objeto de desprestigiar y estigmatizar su labor. La Comisión identificó también la continuidad en la discriminación estructural existente en varios Estados, la cual impacta gravemente el goce de los derechos humanos de varias poblaciones. Al respecto, la Comisión tomó nota de graves obstáculos que enfrentan las mujeres en el ejercicio de su derecho a vivir libres de violencia, así como en el ejercicio de sus derechos reproductivos. Dicha situación se ve agravada cuando se trata de mujeres afro-descendientes e indígenas, víctimas de triple discriminación histórica por género, pobreza y raza. La Comisión constató la continuidad en la discriminación de hecho y de derecho que enfrentan las personas lesbianas, gays, trans, bisexuales e intersexo (LGTBI), así como la grave situación de niños, niñas y adolescentes por el impacto especial que tienen la inseguridad ciudadana y los conflictos armados en sus derechos.

Otro de los temas que trascendió en las audiencias fue el relacionado con la falta de protección efectiva del derecho a la propiedad de los pueblos indígenas sobre sus territorios ancestrales; en particular, en cuanto al derecho de consulta previa y la implementación de megaproyectos de industrias extractivas.  La Comisión recibió igualmente información preocupante sobre la situación de las personas desplazadas en el hemisferio, así como respecto del fenómeno de la trata de personas y de los refugiados.

Por otro lado, la Comisión prestó su atención a los obstáculos y desafíos que presenta el acceso a los derechos económicos, sociales y culturales por parte de las poblaciones campesinas en el continente. Asimismo, en este período la Comisión celebró su quinta audiencia sobre la situación de los derechos de las personas privadas de la libertad en Guantánamo, atendiendo en esta ocasión la solicitud del Relator Especial de Naciones Unidas contra la Tortura y recibiendo información actualizada que continúa apuntando la existencia de una gravísima situación.

Un problema especialmente grave que ha llamado la atención de la Comisión fue el relativo a las denuncias sobre la fragilidad del Poder Judicial en varios Estados del continente y el irrespeto al principio fundamental de división de poderes. La Comisión resalta que un poder judicial independiente es indispensable como contralor de la constitucionalidad y convencionalidad de todos los actos de otros poderes del Estado, pues es precisamente el órgano encargado de brindar justicia a quienes han visto violados sus derechos.

Además, como se verificó en múltiples audiencias, la impunidad, infortunadamente, se ha perpetuado en varios sitios de nuestro continente.

Excelencias, Señoras y Señores,

Cuando las víctimas y organizaciones de la sociedad civil acuden a las audiencias ante la Comisión, confían en poder encontrar una respuesta que haga prevalecer el respeto y garantía a sus derechos humanos. Como resultado de las audiencias, la Comisión puede adoptar una serie de decisiones en el ámbito de su mandato respecto de las cuales los propios Estados serán sus destinatarios. En este sentido, el modelo de funcionamiento del sistema interamericano y, en general, de los organismos internacionales de derechos humanos, requiere la participación activa de los Estados, precisamente por ser ellos los propios garantes de los derechos de las personas que viven en sus jurisdicciones. Así se entienden los sistemas de monitoreo internacional construidos por los Estados democráticos.

Bajo este espíritu, la Comisión espera que la representación del ilustre Estado de los Estados Unidos aporte a la brevedad la información solicitada en relación con los planteamientos de las audiencias en las que participó sin contar con la información técnica para contestar los argumentos de los solicitantes y de las y los comisionados.

Adicionalmente, la Comisión expresa su preocupación ante la ausencia del ilustre Estado de Ecuador en las audiencias sobre libertad de expresión y asociación, así como el derecho a la consulta previa de los pueblos indígenas.

Para la Comisión, las audiencias son un espacio prioritario de diálogo con los Estados y la sociedad civil. La participación en audiencias y reuniones es una contribución esencial al fortalecimiento del trabajo de protección y promoción de los derechos humanos en toda la región, por lo que la Comisión valora positivamente la participación comprometida de la inmensa mayoría de los Estados y de las organizaciones que asistieron a las audiencias.


Por otro lado, además de participar en las audiencias, en las sesiones celebradas también nos abocamos al estudio de casos, tanto de los países que ratificaron la Convención Americana, como de aquellos que no son parte de este tratado pero que son miembros de la Organización. La Comisión adoptó diversos informes de admisibilidad, de inadmisibilidad, soluciones amistosas, archivos e informes de que deciden sobre el fondo de los casos. Con estas decisiones, además de resolver las situaciones concretas, la Comisión continúa consolidando su jurisprudencia y estándares internacionales de derechos humanos. La Comisión reitera que uno de los primeros pasos que permitirá a los Estados afrontar las problemáticas que enfrentan los derechos en sus jurisdicciones, es el acatamiento de las decisiones de los órganos del sistema interamericano. Quiero transmitirles el urgente llamado de la Comisión para que se dé cumplimiento integral a sus recomendaciones, las cuales precisamente se realizan en observancia de las atribuciones que los propios Estados le establecieron en la Convención, la Declaración Americana y su Estatuto. Asimismo, llamamos a los Estados y organizaciones a participar y fortalecer el mecanismo de soluciones amistosas para acercar a las víctimas de manera más pronta a la justicia y a una reparación adecuada.


En el presente período, las y los comisionados sostuvimos también 18 reuniones de trabajo con representantes de varios de los ilustres Estados del continente y organizaciones de la sociedad civil con la finalidad de dar seguimiento a medidas cautelares y supervisión de cumplimiento de casos. Además, como es de su conocimiento, la Comisión decidió aceptar la invitación del Ilustre Estado de República Dominicana a realizar una visita a dicho país. Dada la situación informada en relación con la posibilidad de que decenas de miles de personas pudieran verse privadas de su derecho a la nacionalidad -con el consecuente riesgo de convertirse en apátridas-, a partir de la implementación de lo resuelto en una reciente sentencia de su Tribunal Constitucional (0168-13), la Comisión valora ampliamente la apertura del Ilustre Estado y espera que dicha visita se realice de manera urgente. Nos encontramos en el proceso de definición de las mejores fechas para realizar la visita, atendiendo al ofrecimiento del Ilustre Estado de poder realizar una colaboración efectiva, por lo que me permito insistir en la imperiosa necesidad de que la visita sea a la brevedad para asegurar que la contribución de la Comisión pueda ser oportuna.

Por otro lado, en el presente período de sesiones, mis colegas y yo tuvimos la oportunidad de intercambiar reflexiones sobre algunos aspectos procesales del trámite ante la Comisión, especialmente, sobre cómo optimizar nuestra estrategia para soluciones amistosas y cómo reducir el atraso procesal en el trámite de las peticiones individuales. También reflexionamos sobre algunas de las recientes decisiones de la Corte Interamericana y analizamos la aproximación de la Comisión a los derechos de las personas con discapacidad, el derecho a la verdad y los derechos de las personas adultas mayores; sobre esto último, mañana mismo una representación de la Comisión asistirá a una reunión con el Grupo de Trabajo que avanza las labores de consolidación de una Convención para beneficio de estas población.

A lo largo del período, se presentaron también a la consideración del pleno de la Comisión 4 proyectos de informes temáticos en relación con i) el impacto del procedimiento de solución amistosa; ii) garantías para la independencia de las y los operadores de justicia en las Américas; iii) sobre la situación de los derechos humanos de los migrantes y otras personas en el contexto de la movilidad humana en México, y iv) sobre la situación de indígenas en aislamiento voluntario. Adicionalmente, fuimos informados sobre los avances realizados por la Secretaría en relación con 10 informes más. Una vez aprobados estos informes, la Comisión estará abierta a la invitación de los Estados y organizaciones para presentarlos en distintos lugares de la región, con el mayor ánimo de colaborar conjuntamente en la promoción de los estándares de derechos humanos y contribuir a superar los obstáculos descritos en el diagnóstico realizado en los propios informes.

Excelencias, Señoras y Señores,

La dinámica propia de nuestro período de sesiones, la asistencia y participación de los Estados miembros y organizaciones de la sociedad comprometidos con el sistema, ratifica la confianza depositada en la Comisión como órgano principal de la Organización de Estados Americanos, al que le ha sido encomendada realizar la importantísima tarea de proteger la dignidad humana. Las múltiples actividades realizadas por la Comisión confirman la continuidad en el ejercicio efectivo de su mandato de promoción, protección y defensa de los derechos humanos de todas las personas en la región, con el objetivo esencial de cumplir las expectativas de justicia para las víctimas de violaciones a sus derechos, tarea irrenunciable y hacia donde todos nuestros esfuerzos están empeñados.

Sin embargo, resalto que la Comisión es también un importante espacio de diálogo, y estará siempre abierta y dispuesta a mejorar y hacer más eficientes sus procedimientos internos para contribuir a estimular y mejorar la situación de los derechos humanos. El diálogo es un valor de la democracia. Es preciso señalar que los instrumentos existentes en la Comisión no sustituyen los mecanismos de protección creados por los Estados, sino que los complementan. Inclusive, a través de mecanismos como las audiencias, los Estados reciben “alertas tempranas” sobre situaciones que inciden en los derechos humanos y puedan prestar la debida atención, incorporando tales temáticas en su propia agenda nacional de derechos humanos.

Como una continuación de la voluntad de diálogo de la Comisión con los diversos actores del sistema interamericano, les deseo compartir que, en el presente período, la Comisión salvaguardó un espacio privilegiado en su agenda para analizar el estado de avance de los compromisos asumidos frente a los Estados respecto de las 53 recomendaciones contenidas en el informe del Grupo de Trabajo de Reflexión sobre el Funcionamiento de la Comisión Interamericana  para el Fortalecimiento del Sistema Interamericano.

De los 43 compromisos adquiridos por la Comisión en el marco de la reforma a su Reglamento, políticas y prácticas, en vigor a partir del 1º de agosto último, más del 80% se encuentra en un nivel de avance entre el 50% y el 100%, teniendo a su vez un avance significativo en el resto de las recomendaciones que se encuentran actualmente en curso. Al respecto, me permito reiterar la necesidad de contar con recursos adicionales para poder cumplir con tales recomendaciones, como lo es la impresión de la Declaración, la Convención y otros instrumentos en formato de bolsillo, para lo cual la Comisión se encuentra pensando inclusive en formas novedosas de colaboración, como podría ser mediante ediciones compartidas con otras instituciones.

A través de la implementación de su reforma, la Comisión ya ha cumplido con un grupo de recomendaciones, como las consistentes en dar mayor rigurosidad y transparencia a los criterios de: i) recepción y estudio inicial de las peticiones; ii) unión de las etapas de admisibilidad y fondo; iii) archivo, y  iv) sometimiento de casos ante la Corte.

En lo que se refiere a las medidas cautelares, la Comisión ha venido cumpliendo con emitir resoluciones sobre las decisiones de otorgamiento., las cuales, una vez notificadas a las partes, están disponibles en la página web de la Comisión.

Por otro lado, me complace compartirles que un segundo grupo de recomendaciones se encuentra en un avanzado estado de implementación. Entre estas recomendaciones hemos adoptado importantes medidas para: i) elaborar materiales multimedia sobre el funcionamiento de la Comisión y herramientas de capacitación sobre los mecanismos de protección que dispone; ii) realizar un informe sobre los efectos de la no ratificación universal de la Convención Americana y otros tratados, y iii) incluir en el plan estratégico de la Comisión el tema de derechos económicos, sociales y culturales.

Finalmente, existe un tercer grupo de recomendaciones que la Comisión ha venido implementando, tales como brindar capacitación a operadores y operadoras de justicia, realizar actividades de formación en materia de solución amistosa, actividades para dar impulso a la ratificación del protocolo de San Salvador, así como la realización actos de presentación y de seminarios de divulgación de los informes temáticos. Estas recomendaciones han venido siendo realizadas por la Comisión a lo largo del año, y serán prácticas institucionales a través de su reiterada ejecución. A título de ejemplo, a lo largo de este año,  las y los comisionados, así como personal de la Secretaría, hemos realizado diversas actividades de capacitación y promoción en cerca de 25 países del continente.

Sin duda alguna, la colaboración y diálogo entre los actores del Sistema en este proceso ha visto sus frutos en la reciente reforma de la Comisión. Gracias a un proceso abierto, incluyente, transparente y participativo, estoy convencido de que se ha abonado en seguridad y certeza jurídicas, previsibilidad, transparencia a nuestros procedimientos y criterios, y, en general, a la gestión y las decisiones de la CIDH. Mis colegas y yo refrendamos nuestro entusiasmo e interés para realizar nuestros mayores esfuerzos para cumplir con la integralidad de los compromisos adquiridos e informaremos oportunamente a los Estados miembros de la Organización y a la sociedad civil.


Quiero resaltar que uno de los principales desafíos para la consolidación de un sistema interamericano fortalecido se encuentra en la falta de recursos humanos y financieros acordes al volumen de peticiones, casos, medidas cautelares, funciones de supervisión general y mandatos conferidos por los Estados miembros de la OEA, a los que se han sumado los compromisos asumidos en el proceso de reflexión para el fortalecimiento del sistema interamericano. Estamos convencidos de que el sistema debe financiarse en su totalidad por los Estados de la región en atención y seguimiento a lo planteado en las resoluciones de la Asamblea General de la Organización. La Comisión no deja de reconocer que a pesar de la difícil situación financiera que se atraviesa, en respuesta a la resolución de la Asamblea General Extraordinaria de 30 de octubre de 2012, los Estados y la propia Organización han realizado importantes esfuerzos para preservar el presupuesto de la Comisión. Sin embargo, el sistema actualmente está lejos de contar con los recursos necesarios, y depende en un nivel preocupante de la captación de recursos externos para cumplir con su mandato de protección y promoción.

La Comisión agradece especialmente los aportes financieros efectuados, de manera regular, por países de dentro y fuera de la región, así como por organizaciones y agencias internacionales y otras entidades que han contribuido a posibilitar la continuidad en los trabajos de la Comisión. Estos son: Argentina, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos y México, así como Dinamarca, Finlandia, Francia, España, Holanda, Irlanda, Reino Unido, Suiza, Suecia y la Unión Europea. También hemos contado con las contribuciones del Grupo Internacional de Trabajo para Asuntos Indígenas (IWGIA), Plan Internacional, Save the Children International, ONUSIDA,  UNICEF, Oficina del Alto Comisionado para Refugiados de Naciones Unidas y la Universidad de Notre Dame.

Por otra parte, deseo compartir que la Comisión estará atenta a las labores del Grupo de Trabajo para el Análisis de la Visión Estratégica de la OEA. Nuestro Secretario Ejecutivo estará presente en representación de la Comisión la próxima semana para presentar nuestra perspectiva.

Finalmente, deseo realizar, de una manera muy especial, un reconocimiento para la comisionada Dinah Shelton y el comisionado Rodrigo Escobar, quienes concluirán sus mandatos al fin del presente año. A nombre de la Comisión les agradezco su destacada labor en la defensa y promoción de los derechos humanos en las Américas. Asimismo, agradezco la confianza depositada en mi persona por mis colegas como Presidente de la Comisión, posición desde la cual también he podido advertir el profesionalismo y la dedicación de todo el personal de la Secretaría, los cuales han sido motivo de mi admiración y orgullo.

Muchas gracias.