CIDH

Comunicado de Prensa

A dos años del terremoto en Haití, CIDH urge a comunidad internacional a redoblar esfuerzos

13 de enero de 2012

Washington, D.C. – A dos años del terremoto que sacudió a Haití, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos valora el progreso logrado, al tiempo que expresa su preocupación por los enormes desafíos que persisten a fin de dar satisfacción a las necesidades básicas de la población del país. Asimismo, la CIDH expresa su preocupación por la debilidad del Estado de Derecho en el país y urge a la comunidad internacional a redoblar sus esfuerzos a fin de lograr que la cooperación sea canalizada de manera de fortalecer las instituciones democráticas.

En los dos años transcurridos desde el terremoto, la situación en Haití presenta mejoras. La población en campamentos de desplazados logró ser reducida de más de dos millones de personas a alrededor de medio millón en la actualidad, de acuerdo a cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Asimismo, 700.000 niños tuvieron acceso al sistema educativo el último año, según el informe más reciente de UNICEF. La tasa de mortalidad por cólera bajó de 7% a 1,4%, gracias a un mayor acceso a los servicios de salud y una mejora en su calidad. En los últimos dos años, Haití ha recibido 2.380 millones de dólares en asistencia de parte de donantes del sector público, fondos que han permitido implementar programas de ayuda humanitaria, así como de recuperación y desarrollo.

Sin embargo, la situación de la población haitiana continúa siendo vulnerable, y las consecuencias del desastre natural continúan visibles. De acuerdo a información de la OIM, más de medio millón de personas continúa viviendo en campamentos de desplazados, y el ritmo de reducción se ha enlentecido, reflejando crecientes obstáculos en encontrar soluciones para las personas desplazadas. Asimismo, según la Oficina del Enviado Especial de Naciones Unidas para Haití, el porcentaje de niños con malnutrición crónica llega a 31 por ciento en algunos departamentos del país, casi la mitad de la población no tiene acceso a agua potable, y no hay un sistema de saneamiento en funcionamiento en ninguna ciudad del país. La tasa de mortalidad del cólera, aunque se redujo, sigue por encima del límite del 1% que la Organización Mundial de la Salud establece para que deje de constituir una epidemia.

La asistencia de la comunidad internacional ha sido fundamental para paliar en alguna medida la grave situación de derechos humanos que padece la población de Haití. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos urge a la comunidad internacional a extremar esfuerzos a fin de poder continuar ofreciendo ayuda humanitaria e implementando los programas de recuperación y desarrollo que la población de Haití necesita en forma urgente.

Asimismo, resulta imperioso fortalecer el Estado de Derecho. Las instituciones haitianas cuentan con escasos recursos y poco personal. Como resultado, las instituciones estatales enfrentan desafíos significativos para proveer servicios básicos para la población en las áreas de seguridad, salud, educación y bienestar social. Por estos motivos, Haití continúa enfrentando una situación estructural que afecta gravemente el goce de los derechos fundamentales de sus habitantes.

La Comisión considera que el actual proceso de reconstrucción constituye una valiosa oportunidad para las autoridades haitianas y la comunidad internacional para fortalecer la institucionalidad del Estado haitiano y lograr así un desarrollo sostenible para el país. En este sentido, es necesario que la sociedad haitiana tenga un rol activo en este proceso y que no sea relegada a mera receptora de ayuda internacional. Esto significa que la comunidad internacional debe garantizar la participación y consulta de los destinatarios de la cooperación, así como la participación del Estado y de la sociedad haitiana en todos los aspectos de la reconstrucción. Asimismo, la asistencia financiera internacional debe canalizarse de manera de reforzar las instituciones estatales.

Finalmente, el Estado y los actores de la comunidad internacional involucrados en Haití deben asegurar que el fortalecimiento del sistema judicial sea una prioridad en la reconstrucción, y que todos los proyectos tengan en cuenta en su diseño e implementación la importancia clave que tienen para el país el fortalecimiento de las instituciones democráticas y del Estado de Derecho, así como la creación de mecanismos de rendición de cuentas.

La CIDH permanece a disposición de las autoridades haitianas y de la comunidad internacional para colaborar, dentro del marco de sus funciones, con las iniciativas desplegadas con miras a superar la situación crítica que vive la población de dicho Estado miembro de la Organización.

La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión está integrada por siete miembros independientes que se desempeñan en forma personal, que no representan a ningún país en particular y que son elegidos por la Asamblea General de la OEA.

 

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