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Capitulo II - Producción forestal y regiones prioritarias para su desarrollo

1. Sustento regional de la producción forestal
2. Base forestal actual (nacional y regional)
3. Tendencias en la producción de madera
4. Producción silvícola
5. Producción forestal
6. Balance forestal

1. Sustento regional de la producción forestal

La producción forestal de Uruguay tiene como base de sustentación los ecosistemas de praderas utilizados desde hace más de tres siglos por la ganadería, en general extensiva o suelos degradados por un uso agrícola inadecuado. Ello queda definido sobre la base de los suelos clasificados como de aptitud forestal y definidos de acuerdo a los estudios taxonómicos que dieron lugar a su clasificación.

En estas condiciones existen 3:574.573 ha de suelos aptos para la forestación, de los cuales, hasta el 12/1/1993 habían sido declarados de "prioridad forestal" con incentivos para su utilización con este objeto, 2:313.513 ha. A partir de esta fecha, un Decreto del Poder Ejecutivo amplía la cobertura de los beneficios que establece la Ley Forestal No. 15939 a la totalidad de suelos aptos integrando los suelos 2.11 y 2.12 (clasificación CIDE) de los departamentos de Cerro Largo y Treinta y Tres, así como a las restantes manchas, antes no incluidas de los demás departamentos del Sur y el Este. El marco inicial del PRAIF, surgido antes de la aprobación del referido Decreto, limitó el análisis a los suelos de prioridad que se concentran en lo que se denominará: "regiones forestales", cuyas manchas más significativas comprenden 1:756.388 ha distribuidas en los ocho departamentos que se indican en el Cuadro 2.1.

Cuadro 2.1. Suelos de Prioridad en las Regiones Forestales (en ha por Departamento)

REGION

DEPARTAMENTO

SUELOS DE PRIORIDAD (ha)

CENTRO NORTE


833.054

RIVERA

244.492

TACUAREMBO

316.413

DURAZNO 6

272.149

LITORAL RIO URUGUAY


683.706

PAYSANDU

343.470

RIO NEGRO

248.807

SOR 1 ANO

121.369

SUR-ESTE


239.515

LAVALLEJA

154.675

MALDONADO

84.840

TOTAL SUELOS PRIORITARIOS

1:756.275

6 El Departamento de Durazno se ha integrado primariamente a la Región Centro-Norte, subdividiéndose luego en zonas según consideraciones de: tipos de suelos, mercados posibles y distancias a los mismos.

Fuente: Clasificación CIDE

El hecho de que el PRAIF analice la situación dentro de los límites de estos departamentos tiene un doble objeto: viabilizar un estudio representativo de los comportamientos productivos en áreas concentradas y facilitar la relación político-administrativa con las autoridades de los departamentos más condicionados por este desarrollo. Las manchas de suelos menores de otros departamentos vecinos, pueden tener ciertos desarrollos autónomos pero que en la realidad funcionarán económicamente vinculadas a las áreas mayores.

En tal sentido, los análisis y conclusiones para cada "región forestal" deben ser entendidos en un sentido amplio, no restringido a los límites departamentales que se mencionan.

1.1 SITIOS Y REGIONES DE APTITUD FORESTAL

De acuerdo a los tipos de suelos, los que combinan buenas condiciones para la producción de árboles sin que compitan con otros usos considerados económicamente superiores, son los correspondientes a las zonas 2, 7, 8 y 9 de la clasificación CIDE. Las características sobresalientes de los mismos se sintetizan en el Anexo 2.1.

El suelo, como componente físico del ecosistema, es uno de los factores que definen lo que en términos silviculturales se denomina "Indice de Sitio"; éste se expresa a través de la altura de los árboles dominantes y codominantes de un rodal y se mide como Incrementos Medios Anuales (IMA) de las diferentes especies en producción. Si bien en Uruguay la investigación sobre los IMA es reciente y arroja resultados aún primarios, brinda información valiosa respecto a las condiciones de adaptación ecológica de las especies productivas más difundidas. Esta información realizada con continuidad, constituye un apoyo para estudios de zoneamiento ecológico-productivos destinados a encarar, con la mayor seguridad, el desarrollo sustentable de la forestación en el país.

Si bien con sus diferentes propiedades los suelos recortan las "regiones forestales", son los factores asociados al clima, de incidencia más general los esenciales para la adaptación y crecimiento de las especies. La respuesta productiva del árbol tendrá que ver con la radiación solar incidente, los regímenes de: lluvias, temperatura, y heladas; así como con aspectos geológicos e hidrográficos; es decir con la síntesis localizada del conjunto de variables físicas y biológicas del ecosistema y de su dinámica entre cuyas principales características se cuentan las del Mapa 2.1. El Cuadro 2.2, indica para cada "región forestal", algunas cifras caracterizantes del clima.

El conjunto de la información de tipo analítica recabada insinúa diferencias a favor de la productividad forestal de la Región Norte, en la medida que dispone de mayores precipitaciones, mejor distribuidas y mayor radiación solar incidente, sobre suelos de textura liviana, bien drenados y profundos. Muestra algunas limitaciones para la introducción de aquellas especies de Eucalyptus menos resistentes a las heladas. Por el contrario, la Región Sur Este tiene niveles aceptables de lluvia y de radiación solar y no presenta problemas de heladas. Es un ámbito de carácter marino que justifica la buena adaptación de especies claves en la producción de madera pulpable como es el Eucalyptus globulus.

El conjunto de estos factores naturales dieron lugar a una vegetación dominante clasificada por ciertos autores como "praderas". Se entiende por tales, comunidades vegetales compuestas por plantas herbáceas con total o parcial dominancia de especies graminosas. Estas praderas fueron más o menos modificadas por sus usos anteriores según fueran éstos agrícolas o pastoriles, dando lugar a ecosistemas nuevos. Es sobre ellos que se implanta el actual proceso de forestación, dado que la ley protege las formaciones remanentes de monte nativo.

Mapa 2.1 - Serie de Mapas Climáticos

Total medio anual de lluvias

Temperatura media anual en grados C

Temperatura media mínima de Julio

Temperatura media de Enero (mes mas cálido)

Cantidad de días con heladas

Fecha media de la primera helada

Fecha media de la ultima helada

Cuadro 2.2. Variables Climáticas Incidentes


 

NORTE-CENTRO

LITORAL-OESTE

SUR-ESTE

RIVERA

TBO.

DURAZ.

PDU.

R. NEGRO

SOR.

LAV.

MALD

Precipitac. *









Valor. norm. (medios/dpt/tst) 1931-1988 en mm/año

1280

1237

1128

1165

1107

1065

1066

987

Temperatura (dato 1948-1970) medZia anual al abrigo en grados C

18.0

18.0

17.5

18.0

18.0

17.5

17.0

16.5

Rang En/Jul

12 a 24.5

12.5 a 24

12 a 24

12 a 24.5

12 a 24.5

1 a 24.5

11 a 24

11 a 23

Días con heladas

25

30

30

27

27

25

25

20

Fecha 1a.hel.desv.típica®

10/6
23

1/6
30

10/6
30

10/6
25

10/6
27

20/6
25

10/6
25

20/6
23

Fecha ult. Hel. desv.típica

20/8
30

20/8
30

20/8
25

25/8
25

25/8
25

20/8
23

1/9
23

20/8
20

Fuente: Atlas Climatológico del Uruguay - Fac. Agronomía, 1978 - Dir. Nal. Meteorología, 1989.

Los estudios encargados por la Dirección Forestal sobre índices de sitio 7 aportan una información inicial respecto a la adaptación de las especies de Pinus y Eucalyptus al medio en que se insertan. El Cuadro 2.3 sintetiza la información proveniente de este estudio, a fin de categorizar los diferentes grupos de suelos de prioridad para los géneros y especies más difundidas: Eucalyptus grandis y Pinus elliottii y taeda. La información surge de las alturas alcanzadas a las edades de 10 y 16 años para Eucalyptus grandis y a la de 24 años para las especies de Pinus.

7 Sorrentino A. "Indices de Sitio Preliminares para las Principales Especies Forestales Cultivadas en el Uruguay".

Cuadro 2.3. Categorías de Sitio Definidas por Especie y Altura promedio de Arboles Dominantes y Codominantes (metros) Según Edad Clave

E. grandis

ZONA

SITIO

CLASIF.

EDAD

H

EDAD

H

NORTE (GRUPO CONEAT 7)

I

A

10

27,5

16

35,06

II

A

10

25,0

16

32,56

III

A

10

22,5

16

30,06

LITORAL Y LITORAL-CENTRO (GRUPO CONEAT 8 Y 9)

III

B

10

22,5

16

30,06

IV

B

10

20

16

27,56

V

B

10

17,5

16

25,06

P. elliottii

ZONA

SITIO

CLASIFIC.

EDAD

H

NORTE (GRUPO CONEAT 7-8 Y 9.3)

I

A

24

25,59

II

A

24

22,18

LITORAL Y LITORAL-CENTRO (GRUPO 9 EXCEPTO 9.3)

I

A

24

25,59

II

A

24

22,18

III

B

24

19,62

P. taeda

ZONA

SITIO

CLASIFIC.

EDAD

H

NORTE Y LITORAL (GRUPO 7 Y 8 EXCEPTO 8.02a Y 9.3)

I

A

24

24,94

II

A

24

22,44

LITORAL-CENTRO (GRUPO CONEAT 9 EXCEPTO 9.3)

III

B

24

19,94

Fuente: "Indice de Sitios Preliminares para las Principales Especies Forestales Cultivadas en Uruguay". Sorrentino A. Informe a la Dir. Firestal - MGAP - Elaborado por: Equipo Técnico del PRAIF.

Los resultados indican que la Región Norte, en sus suelos del Grupo 7 tiene sitios mejores para el crecimiento del Eucalyptus grandis que los suelos 8 y 9 de las regiones Litoral y Centro; en tanto para las especies de Pinus hay una clasificación superior para los casos de suelos 7, 8 y 9.3.

La modificación causada por el uso anterior de estos ecosistemas (degradación fundamentalmente física y biológica), así como la topografía, condicionan asimismo el crecimiento y la productividad de los árboles ya no sólo a nivel de zonas, sino a nivel de predios.

A fin de sacar conclusiones sobre la sustentabilidad forestal parece de interés sistematizar la información sobre las variables ecológicas relacionándolas con los comportamientos sanitarios (enfermedades y plagas) que afectan las plantaciones. Para esta sistematización el auxilio del sistema de información geográfico permitirá su seguimiento localizado y la incorporación al análisis de factores múltiples simultáneos. La detección a tiempo de problemas ayudará a definir las formas más correctas de manejo de las plantaciones para evitar el propio deterioro de su productividad.

1.2 SUSTENTABILIDAD AMBIENTAL DE LA FORESTACIÓN PRODUCTIVA EN EL URUGUAY

Cuando al análisis de los factores físicos y biológicos precedentes integramos explícitamente el comportamiento humano en el ecosistema, consideramos en su real dimensión la problemática ambiental, en la cual es esencial la economía. El equilibrio en la dinámica del sistema ecológico supone el uso de los recursos naturales para mejorar la calidad de vida en forma generalizada y sin generar conflictos en el uso de los mismos que impliquen su deterioro o contaminación. Este es el concepto del desarrollo sustentable en la medida que los recursos naturales deberán seguir siendo el apoyo de la calidad de vida de la población desde el presente hacia el futuro.

La pregunta que se plantea es si la forestación, en la forma en que se viene encarando, es ambientalmente apta y sustentable a futuro; si aporta desarrollo o si lo afecta, a nivel de hipotecar la calidad de vida.

La respuesta a esta inquietud está condicionada y tiene escalas diferentes. Condicionada por la disponibilidad de información científica y sobre los efectos del manejo tecnológico actual. Las escalas del análisis dan respuestas distintas en tanto implica niveles de afectación generales; sobre el espacio país y particulares para cada "región forestal" y para cada predio.

Al nivel de los requerimientos de desarrollo económico y del conocimiento científico y tecnológico disponible, en la escala de análisis más general resalta que:

- La forestación productiva abre expectativas a una actividad económicamente rentable para el país, medida esta rentabilidad en términos convencionales. Ello se basa en una sostenida demanda internacional de productos de la madera y en una búsqueda mundial por proteger los bosques naturales explotados con este objeto.

- La incorporación de nuevos bosques en Uruguay, aunque en forma insignificante por lo pequeño de su meta relativa de 200.000 ha, aporta positivamente en el ciclo atmosférico del carbono y no implica modificaciones sustantivas en los comportamientos físicos y biológicos del gran ecosistema nacional. Esta incidencia, que existe, deberá considerarse en la escala de las "regiones forestales" que concentran las áreas plantadas o a plantar.

- Se trata de una de las pocas experiencias productivas que se promueve tomando como punto de partida la aptitud de los suelos sustentantes y más aún considera los efectos positivos de la forestación sobre suelos degradados por el mal uso agrícola y la erosión, aportando beneficios a la protección de los suelos y de las cuencas hidrográficas.

- En el tema de los géneros y especies seleccionadas debe indicarse que se incentivan aquellas que cuentan con una doble condición: son demandadas por los mercados y son probadas en su adaptación y crecimiento. Plantar especies no demandadas traería problemas de pérdida de su positivo impacto económico con el costo de haber modificado ecosistemas para una actividad que de no procesarse tiene períodos medios y largos de recuperación o costos importantes para su utilización en otras actividades.

- Por el hecho de incentivar cuatro géneros (Pinus, Eucalyptus, Populus y Salix) se puede plantear la inquietud de estar promoviendo una limitada diversidad biológica. En la escala nacional, por las dimensiones de la forestación propuesta, que implica una escasa cobertura geográfica de los ecosistemas, no aparece este riesgo. La diversidad biológica puede ser asegurada más allá de los géneros por las especies y procedencias, si se tiene en cuenta la amplitud de la dispersión natural de las especies a difundir. Aún así ello corresponde sea considerado. La incorporación de nuevas especies y subespecies dentro de los géneros propuestos es positiva para ello. Sería de interés investigar respecto a la introducción y utilización de nuevos géneros y especies, que el país tiene condiciones ecológicas para producir; entre ellas varias especies maderables requeridas a nivel internacional con buenos y sostenidos precios, casos de la Acacia melanoxilum y la Melia azedarach (paraíso), con experiencias positivas ya iniciadas. La actual ley y su reglamentación dan flexibilidad para que los privados tomen iniciativas al respecto.

- Merece resaltarse como una virtud ambiental del enfoque de la forestación en Uruguay la eliminación de la discusión sobre la sustitución del monte nativo, al ser protegido por la misma Ley Forestal. Ello constituye además de un reconocimiento a sus funciones ecológicas una virtud que desde este ángulo se aporta al manejo de enfermedades y plagas. Deja planteado, sin embargo, otro aspecto importante para su protección efectiva, su propio uso sustentable. Sería conveniente investigar e incentivar su producción sobre la base de especies nativas de particular interés como productoras de leña, madera aserrable y aquellas de uso medicinal.

Mucho se ha investigado a nivel internacional sobre la incidencia ambiental de las plantaciones de Eucalyptus; existen asimismo esfuerzos importantes realizados en esta orientación dentro de la región del Cono Sur de América; sin embargo, no ha sucedido lo mismo en relación a las investigaciones sistemáticas que pudieran orientar respecto al tema en Uruguay. De la experiencia internacional y regional en América se desprenden conclusiones generales que no siempre son coincidentes respecto al impacto ambiental de las especies de este género. Ello ha llevado a recomendar su plantación en ciertas áreas y a desalentarla en otras. La complejidad de los sistemas ambientales en los cuales se integran los factores naturales con los económicos, evidencian la necesidad de análisis particularizados para cada ecosistema involucrado. Las conclusiones más generales parecen coincidir en que la forestación debería desalentarse donde existe una fuerte subdivisión predial en condiciones de producción intensiva o semi-intensiva, con un uso acorde de la capacidad productiva del ecosistema y allí donde los recursos hídricos son escasos o con fuertes conflictos por el uso de los mismos. Por lo contrario, se considera positiva en áreas de producción extensiva, con bajo nivel de conflictos en el uso de los recursos naturales, con suelos de escasa fertilidad o en proceso de degradación.

Los relevamientos realizados en las regiones forestales por el PRAIF, sobre los efectos ambientales de las plantaciones en las regiones forestales en consideración, no arrojan para estas áreas problemas mayores que pongan en duda lo adecuado del desarrollo encarado hasta el momento y resaltan sus aspectos positivos. Ni los plantadores detectan afectaciones graves a los ecosistemas, ni los linderos, no forestadores, identifican cambios sustanciales en los mismos. Las modificaciones detectadas al nivel del desarrollo encarado tienen que ver con el incremento de ciertas especies de la fauna autóctona o introducida que no llegan a plantear modificaciones sustantivas a su comportamiento positivo o negativo anterior, y modificaciones menores al comportamiento superficial de los recursos hídricos que pueden ser observados y que no tienen jerarquía suficiente para ser considerados como afectaciones a nivel nacional ni cuestionan la disponibilidad del recurso en cada región.

Lo valioso de este reconocimiento es llamar la atención respecto a:

- Un futuro desarrollo de la forestación que supere largamente la meta actual de forestar 200.000 nuevas ha; en este caso el problema sustancial parece vincularse al ciclo hidrológico y las interferencias positivas o negativas que puedan plantearse en forestaciones extensas y concentradas geográficamente.

- La escala de las afectaciones actuales, que se plantea a nivel predial y se relaciona a un manejo sustentable en el tiempo de la actividad forestal. Ello en la medida que, una vez definido el uso forestal del suelo, debe suponerse se mantendrá en el tiempo esta actividad productiva como rentable para el productor y para la sociedad en su conjunto. Su posible desafectación del uso forestal plantea la incógnita de la adecuación de los suelos a nuevas actividades productivas con costos imposibles de prever en las condiciones de información actualmente disponibles en el país.

- El manejo ambiental mente sano de las plantaciones que tiene implicancias productivas en la escala regional. Amerita en este sentido mantener un seguimiento de las afectaciones que se plantean en esta escala y la permanente consideración a los problemas sanitarios del ecosistema nuevo que supone una presencia masiva de montes de escasa diversidad en especies.

La interferencia de la forestación en el ciclo hidrológico en cada región aparece como de diferente importancia, sin que aún exista la suficiente información para evaluarlo en esta escala. El recurso agua dulce de calidad tiende a ser cada vez más escaso y los ciclos de sequía han sido tradicionales en el país, constituyéndose en uno de los factores que han condicionado las formaciones vegetales características.

La región Norte recibe la mayor cantidad de agua de lluvias (alrededor de mil trescientos milímetros anuales promedio), cuenta con formaciones geológicas y suelos que permiten una fuerte absorción hacia el subsuelo (areniscas de Tacuarembó) a través de las cuales se alimenta el acuífero más importante del Cono Sur de América que es el acuífero Tacuarembó. Corresponde estudiar en este contexto los comportamientos de la masa boscosa de Eucalyptus y Pinus, como las especies de mayor difusión en el norte que, por sus altos crecimientos, tienen una mayor eficiencia en el uso del agua.

Las regiones que podrían presentar mayores limitaciones por disponibilidad de agua en los suelos son la Central y Litoral cuyos comportamientos hídricos a nivel de microcuencas convendría que fueran monitoreados.

De acuerdo al balance hídrico realizado para definir regiones agroclimáticas 8 existe generalizadamente en el país un período de deficiencia de agua entre los meses de noviembre y febrero, un período de exceso de agua en invierno y comienzo de la primavera. En verano, la precipitación no es suficiente para atender las necesidades de agua o evapotranspiración potencial de la vegetación.

8 CORSI E. Regionalización Agroclimática del Uruguay para Cultivos. Centro de Investigaciones Agrícolas "Alberto Boerger", Estación Experimental "La Estanzuela".

El Mapa 2.2, muestra un promedio anual de la deficiencia de agua, los menores valores de deficiencia corresponden a la región Norte, con menos de 40 mm anuales con tendencia a aumentar la deficiencia hacia el Sur, definiendo una franja central más crítica y menores déficit nuevamente en la faja costera, coincidiendo con la región Sur-Este.

El Mapa 2.3, muestra a la inversa el comportamiento de exceso anual de agua en los suelos con mayores valores en el Noreste con más de 300 mm y menores en el Suroeste con 200 mm.

Mapa 2.2 - Deficiencia de Agua Anual - Para Suelos con Capacidad de Almacenaje de 125 mm

Mapa 2.3 - Exceso de Agua Anual - Para Suelos con Capacidad de Almacenaje de 125 mm

Fuente: Estudio de Regionalización Agroclimática, CIAB

A nivel de regiones, el análisis ambiental debe orientarse a la especificidad de los factores físicos, biológicos y económicos que interactúan; analizar los aportes positivos e identificar los negativos para instrumentar su mitigación. En las tres "regiones forestales" la actividad propuesta se asienta sobre tierras destinadas a un uso actual fundamentalmente pastoril extensivo, al cual aporta una actividad que intensifica su utilización modificando en el largo plazo el uso del suelo sustentante. Ello implica beneficios económicos, mayores oportunidades de trabajo, intensificación en el uso de la infraestructura y servicios disponibles (transporte, energía, educación y salud) y la aceptación de este destino productivo para los ecosistemas afectados. El comportamiento es particularmente claro en la región Centro Norte y en la Sur Este.

El caso de la región Litoral es más complejo; se asimila a las anteriores a medida que las plantaciones forestales se localizan hacia el Este. Los suelos vecinos al eje del Río Uruguay fueron en general sometidos a sistemas agrícolas que en muchos casos erosionaron su horizonte fértil; en ellos se identifica un conflicto primario en el uso que tiende a resolverse en la especialización de áreas productivas. Para subsistir en las actuales condiciones de rentabilidad del sector los sistemas agrícolas tienden a concentrarse en los mejores suelos. No se perciben efectos negativos de importancia por parte de los productores de las áreas vecinas y se valora a la forestación como factor ambiental positivo.

Un factor ambiental a tener en consideración es el diseño de las plantaciones por su afectación sustantiva al paisaje. En tanto se acepta la transformación de la pradera en bosques; merecen una atención particularizada ciertas áreas con valores escénicos particulares y representativos. Corresponde una actitud conservacionista para ciertos conjuntos particulares de cerros chatos del norte que quedan comprendidos dentro de las áreas de prioridad forestal. Debería cuidarse asimismo este factor en la forestación de las dentro de las áreas de prioridad forestal. Debería cuidarse asimismo este factor en la forestación de las áreas serranas del Sur Este, donde el elemento topográfico dominante debe ser integrado en el diseño del proyecto forestal (respecto a la topografía del terreno y a abras y quebradas de valor paísajístico particular), dando lugar a estudios particularizados al respecto.

En consideración a lo expuesto, se considera conveniente para fortalecer el enfoque hacia el desarrollo sustentable de la forestación productiva, la profundización en el conocimiento específico, a nivel de regiones forestales, de los comportamientos de las plantaciones forestales en proceso de expansión y de las respuestas de los ecosistemas a ellas, verificando su indicencia. Es recomendable continuar la investigación de las condiciones de productividad forestal en sitios, incorporando el análisis integrado de factores, con el fin de elaborar un zoneamiento ecológico para las especies de Pinus y Eucalyptus de mayor difusión.

El hecho que las mayores afectaciones se constaten a nivel de predios, involucrando factores sanitarios y de productividad efectiva, implica que su consideración y la responsabilidad del manejo sustentable de las plantaciones requiere de una postura abierta y generalizada al tema por parte de los productores y de los técnicos, en beneficio no sólo de la comunidad sino del desarrollo productivo permanente de la propia actividad.

2. Base forestal actual (nacional y regional)

La base forestal para uso comercial no es amplia. Excluyendo los montes naturales protegidos para su conservación se ha calculado que en Uruguay existen cerca de 215.000 ha de bosques plantados; el 67% de este total serían bosques de producción y el 33% serían bosques que sirven para la protección de ganado y fijación de dunas (véase Cuadro 2.4).

Cuadro 2.4. Estimación de las Areas de Bosques Plantados Existentes por Clase de Uso - 1990

CLASE DE USO

AREA(1000 ha)

%

Bosques de Producción

145

67


Uso industrial

50

23


Todos los usos

95

44

Bosques de Protección

70

33

TOTAL

215

100

Fuente: Dirección Forestal, 1992 - Elaborado por el PRAIF

Por otro lado, a través del Proyecto de Desarrollo Forestal de la Dir. Forestal, se plantea la meta de cubrir entre 1991 y 1995 200.000 nuevas ha de bosques en una primera fase destinada a abrir el país al mercado internacional de productos forestales.

Existirían 50.000 ha posibles de utilizar por la industria; dentro de esta categoría se han considerado fundamentalmente los bosques destinados a ser aserrados y en el rubro que se indica en el Cuadro bajo la categoría de "todos los usos", los bosques para leña y para madera pulpable. En conjunto, existirían en leña, estarían en un segundo o tercer ciclo de explotación; en el caso de Pinus, son escasas las explotaciones ya que no son importantes los bosques que en el período alcanzaron su madurez.

En estas cifras se han considerado alrededor de 44.253 ha, cuyos registros de plantación figuran en la Dirección Forestal bajo el concepto de bosques de rendimiento (1990).

En el Mapa 2.4 se ha graficado, sobre las manchas de suelos de prioridad forestal, las áreas de bosques plantados en los departamentos que componen las "Regiones Forestales"; ellos representan exclusivamente las áreas efectivamente plantadas de las que fueron declaradas bajo proyecto. Se han diferenciado según los dos géneros predominantes, Eucalyptus y Pinus. Esta dinámica se muestra en cifras en el Cuadro 2.5. Si se suman las forestaciones efectivas realizadas durante 1991, las "regiones forestales" cuentan actualmente, en conjunto, casi con el 80% de las áreas plantadas bajo proyecto.

Mapa 2.4 - Areas Forestadas Bajo Proyecto

Fuente: Elaborado por el PRAIF, 1993

Cuadro 2.5. Estimación de las Areas de Bosques Implantados Existentes y a ser Implantados, por Género y Localización Regional - (1000 ha)

BOSQUES

GENERO

REGION

TOTAL DEL PAIS

CENTRO N.

LITORAL N.

SUR E.

TOT. REG.

Produc. Existentes (1990)

Eucalyptus

25

20

12

57

127

Pinus

3

5

2

10

13

Otros

1

3

s/d

4

5

Subtotal


29

28

14

71

145

Produc. a Plantar (1991/95)

Eucalyptus

45

69

22

136

136

Pinus

30

13

1

44

44

Otros

1

10

1

12

12

Subtotal


76

92

24

192

192

TOTAL

Eucalyptus

70

89

34

193

263

Pinus

33

18

3

54

57

Otros

2

13

1

16

17

TOTAL

105

120

38

263

337

Fuente: Elaborado por el Equipo Técnico del PRAIF sobre Datos Aportados por la D.F.

3. Tendencias en la producción de madera

Interesa verificar la tendencia que ha asumido la forestación a fin de conocer la oferta de madera en los próximos años; a esos fines, se ha elaborado el Gráfico 2.1 en que, sobre la base de la dinámica de plantaciones forestales en los últimos 10 años, se marca el comportamiento tendencial. La recta se incrementa sustancialmente en su ángulo en la medida que se considera solamente el período posterior a la entrada en vigencia de la Ley No. 15.939 que asegura incentivos a la actividad en los suelos de prioridad.

Gráfico 2.1 - Dinámica de Plantaciones Forestales (en ha) 1982-1991

Fuente: Elaborado por el PRAIF, 1992

Las cifras proyectadas en base a la dinámica regional actual (véase Anexo 2.2) se indican en el Cuadro 2.5; ellas deben ser consideradas en el marco de la meta 200.000 ha antes de 1996; más allá de que se cumpla estrictamente en el plazo, las nuevas 200.000 ha serán una realidad en relativamente corto tiempo. La meta podrá aún ser superada, si se considera la potencialidad de áreas de suelos declarados de prioridad forestal y el ritmo incremental en el crecimiento de las áreas forestadas. De alcanzarse un total de 400.000 ha plantadas (las existentes más las proyectadas), se llegaría a cubrir el 11% de las tierras de aptitud.

Actualmente los montes implantados están compuestos predominantemente por Eucalyptus. Este género representa el 87% del área plantada. Considerando las proyecciones totales sobre la dinámica prevaleciente en los últimos 10 años, se verifica que la masa forestal productiva estará formada en un 78% por Eucalyptus, seguido de Pinus, con el 17% del total y el 5% restante serían salicáceas y otras especies.

Se destaca que las Regiones Centro Norte y Litoral Norte del Río Uruguay constituyen las dos áreas más importantes de forestación. De mantenerse la tendencia, estas dos regiones tendrían cerca del 67% de toda el área forestal de Uruguay.

Es importante marcar que los datos relativos a bosques a implantar se generaron a partir de las cifras de plantaciones efectuadas en los últimos 10 años. De acuerdo a la tendencia más reciente, una vez entrada en vigencia la Ley Forestal y sus reglamentaciones, surge que la participación del Eucalyptus en el conjunto es aún más importante.

4. Producción silvícola

En el Cuadro 2.6 se indica la producción proyectada de madera entre 1992 y el año 2025, tomando como base las áreas ya implantadas bajo proyecto productivo (50.000 ha) y la meta de las 192.000 ha restantes que serían implantadas como primera etapa de la aplicación del Proyecto de Desarrollo Forestal vigente. Ello suma un total de 242.000 ha, las que entrarían en producción en el período considerado. Para definir los volúmenes finales de madera, se aplicaron coeficientes técnicos, de acuerdo a los sistemas de manejo (actuales y previstos).

Cuadro 2.6. Estimación de la Producción Industrial Futura de los Bosques Existentes y a Implantar (91/95) (1.000.000 m3)

PERIODO

EUCALYPTUS

PINUS

OTROS

TOT. PERIODO

MEDIA ANUAL

1992-1996

2.4

1.2

0.3

3.9

0.8

1997-2001

8.1

2.5

0.3

10.9

2.2

2002-2006

30.1

3.8

1.1

35.0

7.0

2007-2011

7.5

5.4

0.2

13.1

2.6

2012-2016

30.3

8.7

1.0

40.0

8.0

2017-2021

5.7

-

-

5.7

1.2

2022-2025

26.8

-

-

26.8

6.7

TOTAL

110.9

21.6

2.9

135.4

4.0

%

82

16

2

100

-

Fuente: Elaborado por el PRAIF en Base a la Información de la Dir. Forestal y las Metas del Proyecto de Desarrollo Forestal

En los cálculos se dejaron de computar cerca de 95.000 ha ya forestadas, principalmente de Eucalyptus. Esto se debe a que sobre este tipo de bosque, principalmente los plantados antes del año 1975, no se posee pleno conocimiento de su edad, ni del régimen de manejo a que están sujetos, ni del destino de los mismos; o sea, si se orientan a la producción o a la protección.

Se puede inferir que en el período 1992/2025, habrá una disponibilidad total de 135 millones de metros cúbicos, con una media anual de alrededor de 4,0 millones. Cerca del 77% de esta producción total se concentrará en las regiones prioritarias. (véase Cuadro 2.7).

Cuadro 2.7. Distribución de las Estimaciones Futuras de Producción de Madera en Pie por Regiones (1992-2025) (1.000.000 m3)

GENERO

REGIONES

TOTAL DEL PAIS

%

CENTRO N.

LITORAL N.

SUR E.

TOT. REG.

Eucalyptus

30

37

14

81

111

82

Pinus

13

7

2

22

22

16

Otros

s/d

2

s/d

2

3

2

TOTAL

43

46

16

105

136

100

%

32

34

11

77

100


Fuente: Elaborado por el PRAIF, 1993

En los Mapas 2.5 y 2.6, elaborados sobre una base departamental, se puede observar que:

- Se producirá una gran concentración de Eucalyptus en el Litoral del Río Uruguay, principalmente en los Departamentos de Paysandú y Río Negro.

- El departamento de Rivera deberá concentrar la mayor cantidad de producción de Pinus y tendrá asimismo, áreas muy importantes de Eucalyptus.

- Durazno, Tacuarembó y Lavalleja, también poseerán volúmenes importantes de madera de Eucalyptus, con valores superiores al potencial de oferta de Pinus.

Mapa 2.5 - Distribución Geográfica de la Concentración de Disponibilidad Futura de Madera de Eucalipto (año 1992 al 2025)

Mapa 2.6 - Distribución Geográfica de la Concentración de Disponibilidad Futura de Madera de Pino (año 1992 al 2025)

5. Producción forestal

Actualmente el país es un importador neto de productos forestales, mantiene incrementos sustantivos en el consumo interno e incorpora nuevos productos a la exportación. El Gráfico 2.2, se ha elaborado con el objeto de verificar la dinámica de la producción en los tres rubros industriales de mayor peso: madera aserrada, producción de tableros y pulpa de papel. Resalta la importancia de la primera en el total de la producción nacional y su fuerte incremento una vez superada la crisis financiera de 1983.

Gráfico 2.2 - Evolución de la Producción Nacional de Productos Forestales

Fuente: Dirección Forestal - MGAP

5.1 PRODUCCIÓN DE MADERA ASERRADA

Como se indicó, la industria de aserrío es uno de los segmentos más dinámicos del sector forestal, con un crecimiento significativo. Sin embargo, esta industria abastece entre un 55 y un 60% del volumen consumido en el país, el resto corresponde a maderas importadas. Sin decir que el 40% restante pueda ser totalmente sustituible por maderas nacionales quedan márgenes de sustitución posible con base en el mejoramiento de la calidad del producto ofertado.

La producción anual de madera aserrada ha sobrepasado en los últimos años, los 220.000 m3, lo que implica un ingreso de madera rolliza superior a los 500.000 m3 en el año.

De éstos, aproximadamente un 50% se procesa en aserraderos localizados dentro de las "regiones forestales" los que sólo representan un 20% del número total de aserraderos del país.

En los departamentos que integran las regiones forestales se localizan 111 aserraderos (1992), dos menos que en 1988, año en que se realizó el último censo nacional.

En general se trata de una industria atomizada y dispersa (véase Mapa 2.7), con escaso desarrollo tecnológico. Su dinámica por departamentos indica que crece y se consolida en los departamentos en que se incrementan las áreas forestales, más allá de que tengan abastecimiento propio o de terceros. Asimismo, tienden a desaparecer los establecimientos pequeños para consolidarse los medianos y grandes. Los aserraderos pequeños (menores a 120 ton/mes de consumo), si bien predominan, pierden importancia cuando se consideran los volúmenes procesados. En 1988 representaban un 73% del total; hoy ese porcentaje bajó al 54%.

Mapa 2.7 - Localización de Aserraderos

La concentración se produce en el rango de los que consumen entre 241 y 300 ton/mes de madera rolliza, pasando del 6 al 11 % del total en el período. Maldonado y Lavalleja han sido los departamentos más afectados por la caída de la producción y la desaparición de aserraderos; debe tenerse en cuenta que éstos se vinculaban más a la demanda de la industria de la construcción que a la oferta de materia prima local, que es escasa. Los departamentos de Paysandú y Rivera son los que crecen en número, se consolidan como áreas que concentran los de mayores dimensiones (véase Gráfico 2.3) y es donde se identifican los proyectos de nuevas plantas. Estas están, en general, vinculadas directamente a las plantaciones y se diseñan con el objetivo de la exportación de madera aserrada.

Se identifican distorsiones en el sector, la madera rolliza se transporta a grandes distancias para el abastecimiento de las plantas de aserrado. La distancia media mínima promedio se obtuvo para los departamentos de Rivera y Tacuarembó, donde el radio medio es de 30 km, una distancia lógica. En tanto en Maldonado, Lavalleja y Montevideo se identificaron aserraderos que transportan la madera rolliza desde Paysandú y Río Negro, en algunos casos con distancias que superan los 400 km., ello sólo se justifica en los altos precios que se pagan actualmente en el mercado interno.

Gráfico 2.3 - Consumo Total de Madera Rolliza para Aserrado por Departamento - 1987-1992

Fuente: Censo de Aserraderos en Regiones Forestales-PRAIF-1992

Por otro lado los precios locales pagados por la materia prima indican áreas de concentración de la demanda y dificultades de abastecimiento en un radio adecuado, siendo las oscilaciones importantes. La forma en que se fijan los precios tienen base diversa; monte en pie o volumen de rollizo. Las consideraciones de calidad se hacen sobre los anchos, largos y conicidad de las trozas aserrables, pero no necesariamente tienen en cuenta factores que hacen a su calidad final, como la presencia de nudos, densidad, etc. Ello implica precios al productor que no parecen justificar mejores manejos de las plantaciones, cuando éstos se dan, es a título de excepción.

A fin de mostrar las variaciones relativas, por región y género, se ha elaborado el Cuadro 2.8, indicativo de los promedios pagados para aserrío por la tonelada de madera de Eucalyptus y Pinus.

Cuadro 2.8. Precios Relevados de Madera para Aserrío (en US$/ton)


EUCALYPTUS

PINUS

DEPARTAMENTO

MIN

MAX.

MIN.

MAX.

PAYSANDU

10

20

37


SORIANO

7

15

39


RIO NEGRO

11


34


RIVERA

12


19

36

DURAZNO

6

12

25


MALDONADO

17


33


CANELONES

18

27

s/d


TACUAREMBO

3


s/d


PROMEDIO GENERAL US$

11/ton

36/ton

Fuente: Elaborado por el PRAIF, 1992

Los casos extremos de precios para eucaliptos están dados con el máximo en Paysandú; US$ 20/ton para Eucalyptus colorado de diámetros mayores a 30 cm y el mínimo en Tacuarembó, también para Eucalyptus colorado.

En el caso del pino, los máximos también se verificaron en Paysandú para largos de 3,3 m y diámetros mayores de 25 cm y los mínimos en Rivera para diámetros menores a 18 cm.

Del total de madera que se consume en los aserraderos, el 60% corresponde a Eucalyptus, el 28% a Pinus y un 12% a salicáceas; existe un porcentaje marginal de aserrado de otras especies; esa tendencia se mantiene si se verifican los comportamientos del Gráfico 2.4. A nivel nacional estos porcentajes serían de 48% para madera aserrada de Eucalyptus; 34% de Pinus y 18% de Salicáceas.

Hasta 1991, el sector exportaba hacia los mercados internacionales, volúmenes mínimos de madera aserrada, la situación ha comenzado a modificarse rápidamente con la instalación de nuevos aserraderos que exportan madera para pallets de Eucalyptus y la apertura de pequeños mercados en Argentina, España y Japón.

Gráfico 2.4 - Consumo de Madera por Género 1987-1992

Fuente: Censo de Aserraderos, 1992 - PRAIF

5.2 PRODUCCIÓN PARA ENERGÍA Y OTROS DESTINOS

El consumo total de productos de la madera está signado fuertemente por el destino energético (1.796.000 ton en 1991) que representa casi el 70% del total; su demanda se encuentra estabilizada y no se preven modificaciones sustanciales en tanto no se concreten acciones de sustitución como puede ser la interconexión de gas natural desde Argentina.

Debe hacerse un comentario especial respecto al uso energético de la producción forestal en relación a la posibilidad que abrió UTE a la generación privada de energía y la posibilidad de compra de la misma por la empresa. Esta alternativa es de importancia estratégica para el desarrollo forestal en tanto éste se verifica en zonas en general aisladas, sin industrialización y escasamente pobladas que no han justificado la interconexión eléctrica. Con esta nueva posibilidad, las empresas forestales incorporan a la posibilidad de producir la propia energía y vapor para sus plantas de procesamiento, la variable de vender la energía sobrante y así realizar un aprovechamiento más eficiente de los residuos de los bosques y de los aserraderos. Una primera experiencia, pionera en este sentido, se ha iniciado ya por parte de una empresa localizada en el Departamento de Rivera.

El consumo para aserrado muestra predominancia de la demanda sobre el Eucalyptus, hecho coherente en los relevamientos de aserraderos realizados en 1987 y 1992. (véase Gráfico 2.4).

Además del aserrado los otros destinos de importancia, aunque menores, corresponden a la producción de pasta de celulosa y papel (158.000 ton) y la exportación de madera rolliza (124.000 ton). El volumen total consumido durante 1991 se ha calculado en 2:589.000 ton.

6. Balance forestal

Se ha realizado un balance de materia prima forestal con el objeto de identificar la disponibilidad futura de madera y dimensionar, a nivel de grandes cifras, los posibles volúmenes, por especie y región. Esta información permite analizar las alternativas comerciales de la producción disponible y los requerimientos de infraestructura, servicios de apoyo e industrialización. Por lo tanto, debe entenderse como una información que orienta sobre órdenes de magnitudes y comportamientos geográficos y no como cifras concretas a manejar en los años venideros, en cada espacio regional.

El balance ha sido elaborado en consideración a la disponibilidad y consumo de madera entre el año 1992 y el año 2025 para una forestación de 200.000 ha adicionales entre el año 1990 y 1996. Se considera luego una estabilización en el área involucrada, ello para dar un margen temporal de ajuste a la meta planteada. Para el cálculo de la oferta forestal se ha mantenido la proporción de plantaciones verificada en los últimos diez años por especie, dinámica regional identificada y densidad promedio. Se incrementa proporcionalmente en los últimos años para alcanzar la meta planteada, en consideración a los incentivos vigentes. Para el cálculo de la demanda interna, se hace la hipótesis que ésta se mantiene constante en el pico que alcanzó en 1991; con 2.589.000 ton de madera rolliza.

El balance nacional final de materia prima forestal se visualiza en el Gráfico 2.5, para períodos de cinco años.

Gráfico 2.5 - Evolución del Balance entre Disponibilidad y Consumo de Madera Rolliza

Fuente: Elaborado por el PRAIF, 1992

Se observa que hasta 1996, prácticamente no habrá producción forestal excedente; la tendencia es de cierto equilibrio entre el consumo y la disponibilidad. Los crecimientos en la demanda, tanto interna como para la exportación quizás no puedan ser mantenidos en términos volumétricos, en virtud de la disponibilidad de madera.

A partir del año 2000, deberán producirse excedentes del orden de un millón de toneladas anuales que comenzarán a dinamizar las exportaciones y detrás de ellas el sector de carga, procesamiento y transporte.

Entre los años 2005 y 2006, el volumen de producción se promedia en 2,6 millones de toneladas anuales. Los picos que se identifican en el gráfico serán seguramente amortiguados en el proceso de explotación de un rubro que, como el forestal, está regido por criterios financieros y no presionado por el momento de madurez del cultivo.

En comparación con la producción actual, el volumen que se producirá significará una duplicación de la carga a transportar, ya sea a las plantas procesadoras o a los puertos de embarque.

El Cuadro 2.9, sintetiza la distribución geográfica de las proyecciones futuras por departamento y "región forestal" de acuerdo al promedio de 2.600.000 ton calculadas

Es indudable que en la medida que se incorporen nuevos factores condicionantes a la producción, las proyecciones tenderán a comportamientos diferentes, tanto cuantitativos como de localización. Este es el caso de la generalización de beneficios de la Ley Forestal a los suelos de aptitud de las áreas serranas del Este del país que permiten prever un desplazamiento de la producción hacia el Sur y Este del país.

Cuadro 2.9. Estimación de las Disponibilidades Medias Anuales del Excedente de Madera Rolliza

REGION/DEPARTAMENTO

VOLUMEN
(1000 ton/año)

%

- CENTRO NORTE




- Durazno

190

7


- Rivera

361

14


- Tacuarembó

268

11



SUBTOTAL

819

32

- LITORAL NORTE




- Paysandú

400

15


- Río Negro

364

14


- Soriano

114

5



SUBTOTAL

878

34

- SUR ESTE




- Lavalleja

172

7


- Maldonado

133

5



SUBTOTAL

305

12

- RESTO DEL PAIS

598

23

TOTAL

2.600

100

Fuente: Elaborado por el PRAIF sobre Información de plantaciones la Dir. For., 1992

Otras variables que inciden en la distribución geográfica de la producción, difíciles de prever, son las derivadas del mercado de tierras, los comportamientos de la economía en los países limítrofes y las modificaciones en la accesibilidad al transporte.

No obstante, las proyecciones realizadas tienen sustentación en tanto:

- Han sido calculadas considerando las nuevas condicionantes que imponen los mercados internacionales;

- En las cifras y tendencias calculadas pesan sustantivamente más los factores que han definido la localización de las plantaciones en los últimos cinco años, período en el que el país se abre a la demanda internacional.

- Los mismos análisis del PRAIF permiten identificar factores de localización que afirman las orientaciones regionales que han servido de base a los cálculos.

En resumen, el escenario a que se arriba es una conclusión sólida en la medida que se entienda, como ya se expresó, que son macro-comportamientos geográficos y órdenes de magnitudes que orientan el proceso de planificación.

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